Ayer veintidós de abril el mundo celebro el día de la tierra. Múltiples fueron los mensajes en redes sociales de organismos internacionales, funcionarios de gobiernos de todo el mundo, exaltando la necesidad de cuidar nuestra casa común, como le llamo el Papá Francisco. Sin embargo la realidad de los mensajes, en la mayoría de casos, deja ver la hipocresía de sus autores. Estados Unidos es el mayor contaminante del mundo, todos lo sabemos y muchos nos excusamos con ese dato, para contribuir un poquito a la contaminación. El simple hecho de consumir carne, es un factor de contaminación, por lo que produce la ganadería y el daño que hace al ambiente.
Las empresas transnacionales, los que dominan el modelo económico vigente en el mundo, no están dispuestos a cambiar la forma de vida, a mejorar una serie de prácticas para evitar la contaminación, si así fuera, los grandes fabricantes de automóviles ya estuvieran produciendo los motores que se mueven por medio de agua salada, o agua de mar, o simplemente agua. Nos terminamos el agua entonces, no es así, el 75% del espacio en la tierra es agua de mar, y ya existen mecanismos para convertirla en agua para consumo humano, no se hace, porque el negocio del vital líquido, como todos, se basa en la especulación y la escasez. Otro de ejemplo de que a los jefes de este mundo no les interesa el ambiente, es el poco intereses que le han puesto a la energía solar, ustedes no se han preguntado, las razones por las que los celulares no funcionan con energía solar, como las calculadoras que ya existían hace cuarenta años, simple, la respuesta es porque ese no es un buen negocio, no existe forma de llevar la luz del sol y su energía a la bolsa de valores, si hubiera, seguro estaría.
Esa escasez de uno de los elementos más importantes para la vida humana, el agua, ha llevado a que el hombre busque en otros mundos y planificar una migración extraterrestre. Desde mi particular punto de vista este es un gran engaño a la humanidad. Los dueños de la tierra, sí, aquellos que la privatizaron, ahora buscan privatizar otros mundos, colonizarlos se dice, pero en realidad es invadirlos, con el principio básico, de que el que llega primero es el dueño del planeta. Con esta idea localizaron un en el espacio el cometa 16 Psyche, compuesto de platino, hierro, níquel y oro, según la NASA tiene un valor monetario de 10 mil cuatrillones de dólares, más del valor de la economía mundial, antes de la crisis del Covid. Este ejemplo, es más claro, los empresarios están buscando, con el dinero de los gobiernos, o sea el pago de los impuestos de sus ciudadanos, más dinero, nada que ver con agua y oxígeno, y se van a quedar con él.
El explorador Perseverance transformo dióxido de carbono de la atmósfera marciana en oxígeno, la primera vez que esto sucede en otro planeta, según la NASA, con esto permite a un astronauta vivir en Marte. Imagínese viajando por el universo para ir a poblar Marte, en primer lugar no es un viaje hecho para el 99.99% de la población mundial, solo podrán hacerlo el resto, o sea el 0.01%, los multimillonarios dueños del planeta, se irán cuando se hayan acabado los recursos de la Tierra, por eso no les interesa para nada proteger el medio ambiente, esto no les representa ninguna ganancia.
Actualmente Estado Unidos, gasta la módica cantidad de 17 mil 500 millones de dólares al año en investigación espacial, unos 131 mil 250 millones de quetzales, un 20% más del presupuesto anual del país. La NASA es la que invierte el 50% aproximadamente del total de fondos en investigación espacial, lo que nos llevaría a suponer que el mundo gasta al año un 35 mil millones de dólares, que obtiene de los impuesto, del trabajo honesto y arduo de la población que contribuye, para que, simple, cuando corresponda el viaje, solo lo podrán hacer los que no pagaron por esas investigaciones.
Si los gobiernos y sus jefes multimillonarios estuvieran pensando en el bienestar de la población mundial, invertirían estos milloncitos en el combate a la pobreza. La cantidad de seres en pobreza extrema, para el 2021, según estudios, estaría llegando a 150 millones. Soñemos en terminar con la pobreza extrema, y dividamos los 35 mil millones de dólares entre los 150 millones de pobres extremos, a cada uno este año le corresponde 233 dólares, esto mejoraría las condiciones de vida de la población y el efecto en las economías locales sería exponencial, mejorando las condiciones de vida del 95% de la población. En diez años esta práctica lograría reducir la pobreza a la mitad de lo que hoy tenemos. Como usted amigo lector es el que paga con sus impuestos la inversión en investigación espacial, claro en un supuesto, que elige, que viaje el 0.01% al planeta rojo, o disminuir en un 50% la pobreza a nivel mundial, piénselo.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.