El manipulador oculta la culpa en el deudor.
Recuerda usted cuando su madre le decía: “Hiciste que se me suba la presión”, “Me estás enfermando con tu comportamiento”, “Un día de estos vendrás y no me encontrarás”, “Nunca esperé eso de ti”, “Te importo poco”, “Hasta que se te antojó venir a verme”, “Me sacrifiqué por ti, y de esa manera me pagas”, “Si no haces eso, no me quieres”. Toda esa manipulación afectiva para lograr que usted hiciera o dejara de hacer, o quizás para que usted fuera o dejara de ser.
Incluso en la vida adulta, aun intentan manipularle con la culpa con frases como: “No seas malo”, “Tú que eres buena persona, hazme un favor”, “Sé que tú no me vas a fallar”, “Me ofendiste y ahora me debes una”. Inclusive las iglesias le manipulan con frases como: “Eres un pecador y sin embargo te perdonamos”, “Debes ser agradecido porque se te ha salvado”, “Cómo se te ocurre pensar así, eres blasfemo”.
La manipulación por culpa tiene como componente principal la Deuda. O sea que le transmiten a la idea de que usted obró mal a pesar de… que le dieron cosas buenas, que se le quiere, que se le educó bien. Intentando convencerlo de que su actuar es ilógico, y que por lo tanto ahora deberá pagar por ello, haciendo o dejando de hacer. Un jefe puede decirle a su empleado, “Yo le di trabajo, a pesar de no llenar el perfil y ahora usted me quiere cobrar sus prestaciones”.
El mismo victimario se hace pasar como víctima, convenciéndole de que usted es el abusador. Marcando una cuenta por pagar, que solo él puede decir en qué momento estará cancelada. Y cuando ya se sienta libre, volverá a cobrarle por cualquier acto que haga.
Entonces, para salir del ciclo crónico de la deuda por culpa, usted debe darse cuenta que en realidad no hay deuda. Que esa deuda en una librera ficticia con el nombre suyo, solo existe en la realidad de manipulador, por lo tanto es problema de él, no suyo.
No permita que le adulen, porque luego le exigirán que se comporte de la manera que ellos han establecido. No permita que le avergüencen haciéndole creer que sus pensamientos, actos y deseos son una barbaridad. Si encuentra un manipulador en su vida, aléjese lo más que pueda. Conozca y reconozca sus derechos y sus obligaciones, para no dejarse engañar.
Es de aclarar que es diferente la culpa que usted siente cuando se da cuenta naturalmente que obró equivocadamente, a la culpa que le impusieron artificialmente. La primera le lleva a aprender; la segunda a depender. Le dejo esta frase para que reflexione: “Si la culpa es a esclavitud, entonces la responsabilidad es a libertad”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo