El amor es la libertad de volar acompañado.
¿Sabía usted que el amor romántico se puede convertir en una adicción?… Claro que sí, como la trampa de las drogas. Vea usted como algunas parejas que tienen una relación dañina y no la pueden dejar. Amores enfermizos en que la amante está tan aferrada a su “amado” que inventa cualquier cosa para mantener esa relación que le agobia. Viven una relación de “ni contigo ni sin ti”, o dicho de otra manera: “Juntos nos matamos, separados nos morimos”.
Y pensar que comenzó con una gran ilusión, en donde fueron flechados por el malvado Cupido, quien atravesó sus corazones con una flecha de tres puntas que duele más al salir. Una atracción fatal, donde los minutos de gozo de inicio se pagan con años de sufrimiento.
Después se despierta a la fría realidad, donde el otro no responde a las expectativas. Pero lo peor de esto es que aunque haya muchas evidencias de que esto no va a funcionar, los corazones se han vuelto ciegos. Dicen que el amor es ciego, pero eso, no es amor. El amor verdadero en clarividente.
La venda en los ojos resulta ser el apego emocional con una buena dosis de fantasía, en donde la esperanza resulta ser perjudicial, por ser infundada y con un tinte de nobleza y sacrificio.
Esta codependencia se afianza por prejuicios hacia el amor romántico: Primero, se piensa que se es media naranja y que necesita a otra media naranja y entonces se pega como chicles al “amor de mi vida”. Segundo, se piensa que la felicidad está afuera, ahí con esa otra persona y luego se le demanda para que le haga feliz. Tercero, se desea eternizar todo, y como no resulta ser así se frustra. Cuarto, la idea de no ser autosuficiente, pensando que se necesita de alguien que le ame para sentirse cabal. Quinto, el pensamiento de que se le va el tren, e imagina quedarse soltero. Estos pensamientos le hacen vulnerable y llegar a amar a quien es incapaz de amar.
Así es que ámese primero, lo suficiente para impedir que una relación tóxica lo lleve a vivir en desgracia. Enfrente el vacío, no le tenga miedo al dolor, aguántese, atrévase a pasar el duelo por un amor que nunca fue. Le dejo el siguiente proverbio chino para que reflexione: “Quien espera que otro lo haga feliz, siempre será un desdichado”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo