Exponencialmente la corrupción e impunidad Siempre he coincidido con todos los que piensan y sostienen que, a partir de lo que muchos califican como la nueva era democrática, es decir, cuando terminan los golpes de estado, sucesión de gobiernos militares y llegada de Vinicio a la presidencia de Guatemala, principia a aumentar, hasta alcanzar los niveles de vergüenza y escándalo gubernamental que todos conocemos, en la administración en y de los dos últimos gobiernos. Lamentablemente, estos dos -gobiernos- llegaron despertando en la población, esperanzas que, ya en el ejercicio del poder, se desvanecieron: resultaron falsas y totalmente negadas según todo lo que se conoce de las respectivas administraciones.
En abono a esta percepción, basta recordar la frase o slogan en sus respectivas campañas que, así como eran de atractivas en su campaña, resultaran de falsas y engañadoras durante el desempeño del alto cargo que los electores, les confirió; ambos utilizaron su frase rimbombante y preferida como carnada en el anzuelo: el penúltimo presidente, con el lema de “MANO DURA”; el ultimo y actual, con el de “NI CORRUPTO, NI LADRÓN”. Desafortunadamente, así es la política (cuando la convierten en politiquería) y la historia, antecedentes y experiencia, lo confirman: como candidatos, ofrecen de todo, reparten besos y abrazos a granel; ya en el cargo, se olvidan de los gestos de acercamiento y ofrecimientos según su conveniencia e intereses que tienen y representan y, a quien sostenga lo contrario a esta apreciación en el período que se viene analizando, le agradecería me aclare si, en tal sentido, existe alguna equivocación.
Lamentablemente, estos dos -gobiernos- llegaron despertando en la población, esperanzas que, ya en el ejercicio del poder, se desvanecieron: resultaron falsas y totalmente negadas según todo lo que se conoce de las respectivas administraciones. En abono a esta percepción, basta recordar la frase o slogan en sus respectivas campañas que, así como eran de atractivas en su campaña, resultaran de falsas y engañadoras durante el desempeño del alto cargo que los electores, les confirió; ambos utilizaron su frase rimbombante y preferida como carnada en el anzuelo: el penúltimo presidente, con el lema de “MANO DURA”; el ultimo y actual, con el de “NI CORRUPTO, NI LADRÓN”.
Desafortunadamente, así es la política (cuando la convierten en politiquería) y la historia, antecedentes y experiencia, lo confirman: como candidatos, ofrecen de todo, reparten besos y abrazos a granel; ya en el cargo, se olvidan de los gestos de acercamiento y ofrecimientos según su conveniencia e intereses que tienen y representan y, a quien sostenga lo contrario a esta apreciación en el período que se viene analizando, le agradecería me aclare si, en tal sentido, existe alguna equivocación.
En cuatro meses, concluye su período de cuatro años, la actual administración gubernamental; desafortunadamente, los resultados de su gestión, desmienten o difieren mucho, de sus ofrecimientos, así lo confirma la última encuesta y estudio de opinión publicada por “Prensa Libre” hace pocas semanas; el porqué de esta calificación, es la percepción que queda en los gobernados y sería la de no terminar si, las mencionáramos, con nombre y apellido: sin pecar de exagerados, son tantas y de varios tamaños, colores, sabores y apellidos, que caeríamos en una innecesaria redundancia. Lo que si considero oportuno destacar es que, los más cercanos colaboradores del actual gobierno, al igual que muchos políticos de ayer, de hoy y no pocos de los potenciales gobernantes del mañana, OLVIDAN QUE LA HISTORIA, NO PERDONA; QUE LAS HERIDAS SANAN, PERO LAS CICATRICES QUEDAN y algunas, según la intensidad y gravedad del caso, hasta se heredan.
De igual manera, aparentan o ignoran que los gobiernos y ente caso, EL GOBIERNO DE GUATEMALA, NO ES UNA FÁBRICA DE NUEVOS RICOS. Así que el hecho de que supuestamente la ciudadanía en su mayoría se sienta defraudada y decepcionada (así se interpreta el resultado del referido estudio de opinión) de la administración que está por concluir su período, por supuesto, no es única y exclusivamente, responsabilidad del presidente; es también, y de manera importante de sus ministros dentro de quienes, algunos, han y siguen pecando de una evidente improvisación, empirismo e incapacidad (les quedó grande el saco); de sus asesores, pues ni se diga, siempre que sean capaces y el asesorado, no imponga sus caprichos. Finalmente, están los diputados: hechas las excepciones, han sido músicos de la misma orquesta: serán recordados, con sus acciones, como fieles artífices que los identifica y el nada favorable y merecido calificativo de integrantes del, PACTO DE CORRUPTOS.
En cuatro meses pues, termina el período del incumplimiento y la decepción; principia el de la esperanza, con el mal sabor de boca que deja la administración que le antecede. Principia, nuevamente, la renovación de la esperanza; heredan na crisis que no es para menos; tendrán que hacer todos los remiendos que dejaron los sastres y costureras que le antecedieron: iniciar el cumplimiento de su oferta electoral y, principal y cabalmente, gobernar con honradez y capacidad, transparencia y responsabilidad; especialmente, sin corrupción, impunidad, ni nepotismo: sin presumir de: mano dura, o de ni corrupto, ni ladrón. En manos del nuevo gobierno, está el cumplimiento de su oferta electoral; el pueblo ha perdido la confianza, pero, la esperanza, se sigue renovando, como debe fortalecerse la colaboración y vigilancia de los ciudadanos pues, el pueblo tiene obligación para lo primero, y derecho para ejercer lo segundo.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com