Siempre he manifestado que para encontrar la solución a un problema, -de cualquier índole-, debemos hacer el esfuerzo por encontrar las causas. Me parece que sólo estamos atacando los efectos de la corrupción.
Como es del conocimiento de la sociedad guatemalteca y de la comunidad Internacional, que estamos enfrentando profundos problemas sociales, culturales, económicos y políticos; pero, uno de los problemas de mayor relevancia y que ha causado impacto de manera negativa en la sociedad es la corrupción. Por lo mismo, resulta imprescindible analizar en profundidad este problema desde la percepción nacional e Internacional, para el efecto, es importante plantear las siguientes interrogantes. En el escenario Internacional ¿Existen países con cero o bajo índice de corrupción? ¿Es posible eliminar la corrupción en la vida cotidiana de las personas? ¿Por qué un alto porcentaje de los funcionarios y empleados practican la corrupción? ¿Cuáles son las causas y efectos de la corrupción?
Con relación a la primera pregunta ¿Existen países con cero o bajo índice de corrupción? La respuesta es afirmativa. De acuerdo al estudio anual que realiza Transparencia Internacional, con relación al Índice de Percepción de la Corrupción, revela que durante el año 2017, Nueva Zelanda y Dinamarca ocupan el primer lugar con puntuaciones de 89 y 88 respectivamente. Mientras que, “Guatemala ocupa la posición 143 de 180 de los países con más índices de corrupción a nivel mundial. En el continente americano, Guatemala es el cuarto país más corrupto.” Con relación a esta información, Transparencia Internacional utilizó una escala de cero a cien. Los países con un puntaje cercano a cero, son los que son percibidos como más corruptos. Quienes reciben un puntaje cercano a 100 son los menos corruptos.
Ahora bien ¿Qué han hecho estos países para ocupar el primer lugar? Creo, que practican las siguientes acciones: Elección consciente y razonada de sus autoridades en todos los niveles de la administración pública; educación fundamentada en el quehacer social, cultural, económico y político, pero, fundamentalmente, basada en valores; otorgamiento de las plazas por oposición, tanto del sector público como del sector privado; calidad de inversión pública; salario justo para todos los funcionarios y trabajadores, no es posible que los altos funcionarios estén devengando salarios de países ricos en un país pobre; políticos al servicio de la población y no servirse de la población; castigo ejemplar a los corruptos; inversión en procesos preventivos de salud; Inversión en proceso de producción de bienes y servicios; entre otras buenas prácticas. Pero, para reducir o eliminar el flagelo de la corrupción es imprescindible la participación de todos los sectores sociales. Que nuestro actuar, individual o sectorial, debe ser siempre, cero tolerancia a la corrupción porque este flagelo causa la muerte pausada de la población. Continuará…