Sabemos que quien ignora u olvida la historia, contribuye a que mucho del pasado, se vuelva a repetir; a ello habrá que agregar dos premoniciones: una con sabor científico y la otra, apoyada en un dicho popular. La primera sentencia que, solo conociendo el pasado, podemos explicar el presente y prever lo que esperamos del futuro; la segunda, sentencia que quien se tropieza varias veces con la misma piedra, no peca tanto de distraído sino, más bien, den Pen………itente. Si extrapolamos esas premoniciones a la realidad política que estamos experimentando en Guatemala, veremos que los actores políticos (léase partidos políticos y quienes están en el ejercicio del poder), no están lejos de que, por analogía, podamos asociarlos con tal escenario. Para no ir muy lejos, si recordamos la historia del acontecer político de Guatemala, a partir de los años 50 del siglo pasado, veremos que, en el ejercicio del poder, encontramos de todo: un gobierno revolucionario con vocación social, derrocado por una traición de malos guatemaltecos y la intervención del gobierno Norte Americano; encontramos también dictaduras militares; golpes de Estado a granel; gobiernos con poca o ninguna visión y/o conocimiento de la estructura del poder y el Estado, represiones indiscriminadas, asesinatos y tantos crueles y dolorosos casos más. A este luctuoso y triste período, habrá, de agregarse el llamado período democrático (principia con el gobierno de Vinicio Cerezo), pasando por los movimientos guerrilleros, la firma de los acuerdos de Paz, hasta llegar al gobierno actual y la crisis política y social que, actualmente, se confronta en Guatemala.
Duele y entristece hasta la saciedad, la situación que actualmente estamos viviendo en Guatemala; me atrevo a suponer que estamos observando en la estructura política del país, un deterioro progresivo; una serie de contradicciones, vicios, corrupción en todos los niveles de la administración en turno que difícilmente, encontramos en todos los países del mundo. El berrinche presidencial y la obsesión por deshacerse de la CICIG e Iván Velásquez ha rebasado lo racionalmente tolerable, al grado de poner en riesgo la estabilidad del país y sus instituciones. Aunque algunos consideren explicable la reacción sentimental y hasta hepática por el problema legal que confrontan su hermano y su hijo, desde el punto de vista legal, resulta totalmente inaceptable que, al amparo del poder confunda lo personal, con el abuso de poder. No resulta racional ni aceptable, que se anteponga el sentimiento personal e intereses particulares, al interés nacional y de los guatemaltecos y eso, es precisamente, lo que estamos observando en la crisis que se confronta en Guatemala. Nadie puede negar que la CICIG, eventualmente, haya cometido algunos errores en su gestión, como tampoco se pueden regatear los beneficios que para el país y los guatemaltecos ha generado, al reconocer los resultados de sus investigaciones que han puesto al descubierto el cochinero que ha invadido a la administración pública, especialmente todo cuanto se refiere a los corruptos y ladrones que solo llegan al poder, para enriquecerse a costa de nuestro patrimonio y el sacrificio de tantos y tantos guatemaltecos que viven en situación de pobreza y pobreza extrema.
Y lo que hacía falta, como cereza (con acíbar o hasta envenenada) del pastel. Ahora resulta que, en Guatemala, los pájaros le tiran, a las escopetas; este dicho popular, encaja perfectamente en el actuar de la Corte Suprema de Justicia, en contra de la Corte de Constitucionalidad. Exceptuando a los profesionales supuestamente maiceados e identificados con intereses particulares y las directrices oficialistas, Abogados constitucionalistas de prestigio y respetables, así como el consenso de la ciudadanía que se oponen a la corrupción y la robadera de los corruptos que está a la orden del día, demuestran y sostienen que el actuar de Corte de Constitucionalidad y los irónicamente llamados “Dignatarios de la Nación” que interpusieron el recurso de amparo en contra tres miembros de la Corte de Constitucionalidad, están actuando en todo, en contra de la constitución y las leyes del país; dicho en otras palabras: es una felonía lo que está pasando en Guatemala y situación como tal, no debe darse en un país civilizado. Esto y mucho más, es lo que respalda nuestra reflexión: GUATEMALA NECESITA Y MERECE MEJORES GOBERNANTES.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com