Dentro de nuestra sociedad, existen diversas condiciones que llevaron a una mujer a tener un hijo, algunas pudieron decidirlo en libertad, otras fueron violentadas, abusadas y secundario a ello son madres, otras fueron presionadas por una familia y sociedad a la que todavía hoy se le hace difícil aceptar que el ser madre es una decisión de la mujer, que si ella decide serlo esta bien y si por el contrario decide no serlo está bien.
Tenemos muchas frases estigmatizadoras como: “es una mala madre”, “le importa mas la calle que los hijos”, “deja a sus hijos tirados como un perro”, “para que tienen hijos si no los cuidan”, “solo en la calle vive” y otras como: “yo, sobre todas las cosas mis hijos”, “me desvivo por mis hijos”, “mis hijos son mi razón de ser”, “no comprendo a esas mujeres que dejan tirados a sus hijos”, “una mujer completa debe ser madre”, “aunque sea un hijo tenga” y podríamos seguir con muchas frases, algunas contradictorias que pueden ir dándonos idea de la forma de ver la maternidad en nuestra sociedad.
La crianza de los hijos aun hoy en el año 2020, en nuestro país, guarda desigualdades, sabemos que muchos padres están tomando papeles más protagónicos en este proceso sin embargo se escucha a muchos decir “yo ayudo” “yo colaboro contigo”, sin embargo, la realidad es que el tener hijos es una responsabilidad de los dos, no es ofrecer una “ayuda”, es participar de forma completa es colocar la crianza de los hijos como una prioridad.
Hemos visto a muchas madres en este proceso de cuarentena casi colapsar, entre hacer los oficios de casa, cocinar, cuidar de sus hijos, ser maestras, trabajar desde casa, estar pendientes y atender a su esposo, llega la noche y no pueden dormir, porque están llenas de estrés, de frustración. ¿Quién atiende a la madre que vive en su casa? ¿Quién se preocupa de la estabilidad emocional de ella? ¿Quién le brinda un espacio para ella, para sus intereses personales? ¿Quién le brinda una taza de café a media tarde?
Es importante entonces tener aspectos a considerar: ser madre no debe ser “todo en la vida”, debe una esfera de vida, de las muchas que llevamos, el trabajo, la amistad, la pareja, la familia, los intereses personales, el arreglo personal, por mencionar algunas, no se debe perder por la maternidad la visión de lo que como mujeres queremos ser, es innegable el velo epigènico que hay entre la madre y el hijo, pero debemos proveer oportunidad para que la madre pueda tener espacios de desarrollo personal como se le provee al padre. Esto ayuda a tener condiciones de salud mucho mas favorables para la estabilidad emocional de la madre.
Somos una sociedad cambiante, llegaremos al momento en que la crianza de los hijos sea compartida, donde se puedan reconocer las habilidades de cada padre, ponerlas en práctica y buscar el desarrollo de cada parte de la pareja. Además, que a la madre sola, la que ejerce el papel de crianza en soledad, no sea colocada en un nivel inferior de la sociedad sino en un nivel de alto aprecio y admiración por haber sido valiente al enfrentar el desafío de la crianza del hijo sola, que valientes mujeres son madres hoy.
“¡jamás encontrareis ternura mejor, más profunda, más desinteresada ni verdadera que la de vuestra madre!” Honore de Balzac.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.