El tiempo no se detiene, y ya vamos en el quinto mes del año 2019. La vida continúa su curso en el tiempo de la historia. Algunos se conducen en la vida con una misión y visión claras; otros, no saben ni lo que quieren, y por ende desconocen el camino por el que avanzan.
Pero en el contexto actual del país, Guatemala no necesita de hombres y mujeres que agachen la cabeza ante las adversidades, sino que tengan el deseo profundo de asumir los retos que haya que asumir, para sacar de la mediocridad a quien sea necesario ayudar. Por ejemplo, dele un vistazo al panorama político, ¿Qué piensa? En menos de un mes hay que ir a votar, pero ¿Quién es el menos mediocre? ¿Quién es el mal menor para Guatemala?
Para caminar con certeza en la vida, se necesita tener una misión y visión de vida. Hay que preguntarse ¿Para qué soy bueno? ¿Por qué y para qué he nacido? ¿Qué necesito hacer para tener éxito en lo que emprenda? Un ser humano sin una misión y visión claras no llegará a ser nada ni nadie. Como dice el dicho: “será un don nadie”. Qué triste que se expresen de uno de esta manera. Pero de estos hay muchos en Guatemala, se creen “la gran cosa”, y no son nada. Recuerde que el dinero, los títulos y el poder, no “hacen” a la persona. Cuanto más se crea alguien, más duro será el golpe cuando caiga.
Entonces, ahora tiene un poco más de medio año para demostrar para qué es bueno, por qué está en este mundo y buscar los medios para lograr los propósitos que se ha propuesto para este año. No pierda el tiempo insultando a los compañeros de trabajo, peleando con su pareja, criticando y juzgando a los demás, construyendo trampas para que caigan sus enemigos. En vez de esto, invierta su tiempo en trabajar por la misión que ha elegido. La misión permite encontrarle sentido al trabajo que tiene: qué, cuándo, dónde y por qué propósito lo realiza.
El gran escritor Anthony de Mello decía: “había un leñador que se agotaba malgastando su tiempo y sus energías en cortar madera con un hacha embotada, porque no tenía tiempo, según él, para detenerse a afilar la hoja”.Ojalá no nos pase esto, porque el tiempo perdido hasta los santos lo lloran. Y es que hay personas que ignoran por completo por qué realizan las actividades que les encomiendan en una empresa. Desconocen el origen de esa actividad y no tienen ni idea hacia dónde se dirigen. Como dice la canción: disculpe que se lo diga, pero sólo saben que duermen, se levantan, comen y que un día van a morir. La mediocridad está tan enraizada que les ciega los ojos y no ven lo evidente. Si a su lado hay personas amargadas, mediocres y depresivas, déjelas a un lado. Apártese de ellas porque “dime con quién andas y te diré quién eres”.
Para alcanzar lo inalcanzable, para hacer extraordinario lo ordinario, para hacer de la excelencia un hábito, para buscar la excelencia en todo lo que hace, debe rodearse de personas positivas, honestas y que no sean dos caras. No tengan miedo a nada ni a nadie, porque en el nombre del Dios, su vida siempre será una bendición dondequiera que usted esté.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.