Muchas veces al iniciar una relación, existe un proceso de conocimiento de dos personas, en ese periodo de tiempo si, se inicia a tener relaciones sexuales, esperaríamos que la mayoría decida utilizar un preservativo como medida mínima para evitar la transmisión de enfermedades de transmisión sexual.
Sin embargo, en las relaciones que sobrepasan ese periodo de atracción sexual, donde ya se decide estar con la persona porque se ha encontrado motivos para volverse una relación formal, se empieza a generar confianza en la pareja, decidiendo muchas veces que es tiempo de dar el siguiente paso: quitar el uso del preservativo porque muchas veces se considera que usar èste es por desconfianza.
Lastimosamente, aunque la confianza en la pareja haya ido creciendo y se hayan encontrado proyectos comunes o inclusive se piense en tener una vida juntos, lo que no se puede cambiar aun con esta confianza es el pasado sexual de cada uno. (el numero de parejas con las que se tuvo un encuentro sexual)
Por lo tanto, es importante que, si en algún momento la pareja se plantea la posibilidad de retirar el preservativo como muestra de “confianza”, sean prudentes y previamente se realicen los estudios correspondientes para determinar infecciones de transmisión sexual, porque de lo contrario es en este periodo de solidez de la pareja donde encontramos otro punto vulnerable para la transmisión de infecciones de transmisión sexual al dejar de utilizar el preservativo.
Las parejas deben comprender claramente este aspecto: hay enfermedades de transmisión sexual que no son evidentes o visibles, que alguno de los dos puede ser portador de alguna y transmitirla a su pareja, es muy lamentable encontrar jóvenes y adultos que dice: “pero si no tenía nada” refiriéndose a su pareja, al explicarles este aspecto se percatan de la poca educación sexual que se tiene y los riesgos en los que han incurrido.
Otras veces con la justificación “no me gusta” usar el preservativo preferimos dejar de utilizarlo, debemos entonces conocer que existen muchos tipos de preservativos y que si alguno nos molesto o no nos provee las condiciones que deseamos para disfrutar placer, debemos experimentar con otro tipo u otra marca de preservativo, ayuda mucho también la combinación con lubricantes a base de agua que su medico pueda recetar, esto evitar muchas complicaciones.
En el caso especifico de las adolescentes algunas veces acceden a tener vida sexual sin preservativo porque creen que serán juzgadas por su pareja, porque creen que la pareja pensara que son “vividas”, y esto hace que no soliciten la utilización de preservativo. Situación que las pone en alto riesgo de contagio o de un embarazo no planificado.
Una relación basada en confianza lleva incluida la verdad sobre la vida sexual y la responsabilidad de proteger a la nueva pareja, por mínimo que el riesgo nos parezca
“No puedes escapar de la responsabilidad de mañana evadiéndola hoy”
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.