Un elemento del desarrollo integral.
Sabemos que el desarrollo de la persona debe ser integral, y por lo tanto el progreso que alcancemos mejorando la competitividad del país complementará el desarrollo integral que deseamos para todos nosotros, los guatemaltecos; así como la persona se perfecciona continuamente, así debemos entender al desarrollo, como un cambio constante para mejorar hasta el nivel que deseemos alcanzar. La competitividad es una de tantas aristas del desarrollo.
A la competitividad podemos definirla también desde perspectivas variadas, desde el ámbito personal, el empresarial, el institucional, el territorial y también desde un enfoque sistémico. Para fines de esta columna referiré a la competitividad como, “el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país”, definición prohijada del Foro Económico Mundial, ente que mide anualmente la competitividad global.
Se ha comprobado que los niveles de competitividad de un país o economía están íntimamente ligados con el producto interno bruto —PIB—; es decir, a mayor competitividad mayor producción, y por lo tanto mayor oportunidad de desarrollo económico, que incidirá en la calidad de vida de cada guatemalteco, a través de empleo, educación, salud, vivienda, movilidad, etcétera. Recordará usted que en la última medición del Índice de competitividad global, nuestro país alcanzó la posición 84 de 137 economías evaluadas, con un PIB per cápita que ronda los 4,000 dólares, debajo de países mejor calificados que alcanzan cifras superiores a los 13,000 dólares de PIB per cápita y arriba de aproximadamente 60 países que alcanzan los 2,300 dólares. Estamos en el centro de estas economías.
¿Qué debemos hacer para mejorar nuestra competitividad?
En primer lugar, debemos continuar avanzando en el tema institucional, para: reducir la tasa de informalidad empresarial, reducir el costo de la burocracia, agilizar los trámites empresariales, bajar la tasa criminalidad que impacte en la reducción de costos en seguridad de las empresas, combatir el contrabando aduanero, reducir los índices de corrupción, reducción de la oposición de grupos sociales a proyectos de desarrollo sostenible, entre otros. Asimismo, debemos atender mejor el tema de infraestructura encaminado a: mejoramiento y ampliación de la red vial, que impactará entre otras cosas en la reducción del costo del transporte; incremento de aeropuertos en el interior/provincia, y reducción del costo de la energía. Por otro lado, debemos evitar con oportunidades y fuentes de empleo la fuga de talentos a otros países. Todo lo anterior, considerado como requerimientos básicos para la competitividad.
Además, debemos mejorar potenciando nuestra eficiencia a través de: capacitación técnica y formación universitaria, apertura de nuevos mercados para competir globalmente, modernizar nuestro Código de Trabajo que data de 1961, aumentar la bancarización, incrementar el capital de riesgo para fomentar la actividad empresarial, apoyar la incubación empresarial, promover un mercado eficiente en el tema de bolsa de valores, entre otros.
Por último, y no menos importante, apostarle a la innovación y a la sofisticación de negocios, a través del uso de las tecnologías de información y comunicaciones (TIC), transferencia tecnológica, las universidades deben incrementar la pertinencia educativa con la necesidad empresarial y procurar mayor cantidad de graduandos especializados en ciencias, matemáticas y tecnología; fomentar la inversión de las empresas en áreas de investigación, desarrollo e innovación; principalmente.
Respecto a la pobreza que crece en la medida que somos menos productivos, Guatemala tiene en la pobreza al 59 % de su población; en el tema educativo nuestro promedio de escolaridad es de seis años, y en el área de migración, cerca del 13 por ciento de guatemaltecos son migrantes. Por estas y otras razones, es urgente incrementar la productividad y competitividad del país, y buena parte de este reto se encuentra en manos de nuestros dirigentes políticos en los diferentes niveles (local, departamental y nacional).
En nuestro país, el Programa Nacional de Competitividad —Pronacom— promueve la Política Nacional de Competitividad, a través de la cual se espera trabajar en lo enumerado anteriormente, para reducir las brechas que en materia de competitividad afronta Guatemala.
Esta tarea, además, es responsabilidad del sector privado y de la población en general, trabajando juntos y estratégicamente, y por supuesto, acompañando a nuestras autoridades y promoviendo la veeduría ciudadana en busca de un mejor país con menores índices de corrupción.
Agradezco su lectura y opiniones.
Contador público y auditor, profesor universitario, consultor empresarial y voluntario en desarrollo económico local y competitividad.