La literatura es uno de los campos de acción más amplios del arte, tiene una variedad temática y de formas impresionantes; guarda entre sus géneros a uno de los más nobles: el cuento infantil.
Las narraciones dirigidas a los niños ofrecen posibilidades ilimitadas para la imaginación, dentro de lo posible es un campo mucho más amplio; quizá porque todo el mundo es algo nuevo e interesante para explorar para ellos. Escribir un cuento infantil para un adulto requiere no solo de creatividad, pues se puede ser creativo y sumamente perverso en lo que se escribe.
Requiere que usted como adulto recuerde que cosas le causaban ilusión, cuales les sacaban sonrisas; recuerde las preguntas del ¿por qué es así? Que le quedaron sin respuesta, y con deseo las responda en el mismo lenguaje que los niños conocen.
Para el docente es una excelente herramienta para enseñar sus contenidos; todos los días puede empezar con una anécdota sobre el tema, sobre la rebelión de las letras que no quisieron sonar igual a otras y se colocaron el sombrero de la tilde; o de como multiplicando un grano por cada cuadro del tablero de ajedrez un campesino se volvió rico con el favor de un rey.
Pero no solo debemos de relegar el cuento infantil a las aulas, como padres de familia la responsabilidad recae en nosotros para transmitir nuestros valores e historias; en una época en la que eso es más necesario que nunca, dejar de contar a los niños las historias que escuchábamos, los deja a merced a que escuchen otras que no vayan acordes con lo que nosotros queremos para ellos.
No hay mayor crueldad que utilizar un cuento infantil para diseminar ideas políticas o cambiar paradigmas que vayan acordes a una agenda; o en el peor de los casos disfrazar biografías de cuentos de buenas noches cuando no tienen nada de narraciones.
¿Es tan difícil escribir un cuento infantil? No lo es si usted tiene en primera instancia voluntad, en segunda debe tener claro que son efectivas las que se redactan a manera de fábula (presentando situaciones de la vida diaria, tomando como ejemplo las mascotas o las aventuras de algún niño que conoció en la infancia), busque siempre enseñar algo adecuado, o resolver un problema que los niños puedan enfrentar en su diario vivir (problemas en clase, enfrentar al bullying, protegerse de desconocidos, querer saber más de la vida).
El último y más importante: nunca mine la confianza en los padres; recuerde que son los padres de familia el apoyo primero y más importante que tendrá el niño en el caso de una emergencia.
Vamos a escribir cuentos infantiles y a regalarle nuestro saber en la vida a los pequeños, el mundo de la literatura no tiene que ser para siempre ese pasadizo obscuro de desesperación y desencanto, sino el preámbulo para la ilusión, el deseo de soñar y crear para toda la eternidad.
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(Ciudad de Guatemala, 1990) Licenciado en Letras, escritor y editor. Para él la comunicación y la literatura son puentes para construir un mundo mejor. La historia y las tradiciones son el mejor recurso en tiempos de crísis. Tiene publicado dos libros Gestion de Proyectos (2019) e Irreverencias (2019). Ha ejercido como docente y corrector de estilo desde hace más de cinco años.