Y la furia de la vida seguirá golpeando el mar que somos,
y el mar que somos llegará a la orilla más lejana del mundo
para seguir recordando, si es preciso,
la insaciable sed que tenemos por la conciencia de las cosas.
Entonces la vida misma es el mejor poema,
la mejor caricia, la mejor dulzura.
Y de tus manos cálidas entonces emergen
los días y las horas, las mañanas y los cantos.
Tú misma eres la primavera perpetua
donde tiernamente se construye el mundo.
Un ángel canta sobre tu cuerpo
y una ligera llovizna moja tu rostro;
aquello es la primera oportunidad de la mañana,
su primer aliento, su primer pájaro tocando las ventanas.
Tú misma eres la temporada más eterna
donde inertes descansan los recuerdos,
la furia de los días, los suspiros de los hombres.
Tú misma eres todas las estaciones y los tiempos,
las tempestades y las alegrías.
Tu cuerpo de mujer, entonces, agita los árboles,
tu nombre diluyéndose en el cielo
como poesía lanzada al mundo
y que se expande
por mis manos, por los cuerpos,
por la memoria de la humanidad,
por su conciencia misma.
Tú, un poema que, como el mar,
regresa para seguir manteniendo
intacta la esperanza.
José J. Guzmán (Quetzaltenango, 1993). Licenciado en Comunicación Social y estudiante de la licenciatura de Psicología. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Tiene un libro de poemas publicados: “La Escena Absoluta” (2012).