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UN LEGADO IMBORRABLE, lo que aprendí con Alfredo Chávez

UN LEGADO IMBORRABLE, lo que aprendí con Alfredo Chávez

julio 8 2020, 19:34 Claudia Guillén

POR CLAUDIA GUILLÉN*

Se habla mucho acerca del Liderazgo, del altruismo, del prestigio y de la credibilidad. Se habla mucho acerca de ser emprendedores, de cambiar el mundo, de servir y generar valor. Muchos aspiran a lograr el éxito en sus empresas y lograr que su visión se concrete en una realidad.

Desde hace muchos años tengo el honor de conocer a un ser humano, que considero una de las personas más generosa que he conocido en mi vida. Un gran emprendedor, sobre todo un visionario.

Hoy le decimos adiós a un amigo, amigo de muchos, Alfredo Chávez, ha partido al descanso eterno y rogamos a Dios por su alma y la paz de su familia.

Sin embargo, no le decimos adiós a su legado. Su legado no sólo puede describirse en una lista de activos, de inventarios, de propiedades o de capital, su legado prevalece en lo mucho que quienes tuvimos el privilegio de estar cerca, en diferentes etapas de su vida, pudimos recibir y aprender de él.

Dicen que después de su muerte, todo el mundo parece perfecto, pero no quiero pretender que era perfecto, al fin y al cabo, quién lo es. Estamos cada uno de nosotros transitando por esta maravillosa experiencia de vida, haciendo lo mejor que podemos, cada cuál en su circunstancia y en el nivel de conciencia en el que nos encontramos.

Hoy quiero resaltar lo perfecto y maravilloso, en el medio de la imperfección de un ser humano que siempre miró para adelante, que siempre pensó en dar en grande, que siempre se hizo presente para muchos, cuando más lo necesitamos.

Durante muchos años trabajé de cerca con Alfredo, paso a paso levantando su compañía, generando empleos, entregando donaciones, haciendo mucho bien y puedo dar fe de lo que llamo, su legado en mi vida y la vida de muchos. Alfredo siempre se alegraba por el éxito de sus amigos, siempre celebraba los logros de quiénes estábamos cerca; en lo que a mí respecta, siempre alentaba mis sueños para seguir adelante y me motivaba a seguir adelante con mis ideas y emprendimientos. Siempre había un “te felicito Claudita” como solía decirme, que me alentaba a seguir creyendo que podía lograr más con esfuerzo y determinación.

Alfredo quería una ciudad próspera, solidaria, despierta, viva. Quería ver niños gozando de la oportunidad de una buena educación, quería apoyar a los héroes que día a día se esfuerzan por servir, quería ayudar a los ancianitos a estar seguros y a salvo, quería jóvenes emprendedores, dispuestos a estudiar y ser creativos, dispuestos a trabajar y e ir adelante por sus sueños.

¿Qué aprendí con Alfredo Chávez?

  1. Aprendí que, si quieres tener éxito, debes estar dispuesto a correr riesgos y que todo requiere un compromiso, y que éste debe ser más grande que tu miedo a perder.
  2. Aprendí que, si quieres que las personas que trabajan para ti te entreguen lo mejor, debes estar dispuesto a darles a cambio un salario justo y digno, independientemente de su escolaridad. Para Alfredo bastaba con que la persona estuviera dispuesta a trabajar y a aprender. Gracias a ello, cientos de personas que apenas llegaban a sexto grado de primaria, tenían una oportunidad de trabajar, aprender, crecer y recibir un salario digno para el sustento de sus familias. Es la forma en la que contribuía con el desarrollo de muchísimas familias en Quetzaltenango y alrededores. Cada celebración a sus colaboradores, cada fiesta de fin de año, cada entrenamiento, era un gesto generoso. No escatimaba en darles lo mejor, porque sabía que su equipo lo había dado todo a lo largo del año.
  3. Aprendí que, puedes cambiar el mundo sin hacer mucho ruido. Que puedes encontrar satisfacción en dar y dar en grande, sin que los periódicos se enteren. Si hiciéramos una lista, sería interminable la lista de personas a quiénes Alfredo les brindó una mano, en más de una ocasión.
  4. Aprendí que, ser un visionario no es un camino fácil. Que hay muchas noches sin dormir, muchas batallas por enfrentar, pero cada visión concretada, trae consigo la semilla de la prosperidad para muchas personas. Hacen falta más valientes, dispuestos a darlo todo por su visión. Me maravillaba cuando compartía su visión, quería más, siempre quería más y lo más poderoso, siempre encontraba la forma de abrirse camino para lograrlo.
  5. Aprendí que, las negociaciones son un juego de ajedrez, que hay que estar dispuesto a ceder para ganar, porque tenía esta capacidad de ver en el largo plazo, lo que muchos otros jamás podrían si quiera imaginar.
  6. Aprendí que, la perseverancia es vital. Que los negocios no tienen éxito de la noche a la mañana. Que son el fruto de un esfuerzo conjunto, de saber identificar aliados, de unir esfuerzos, de nutrir lealtades, de tomar decisiones difíciles, de estar dispuestos a hacer lo que a muchos incomoda. Un imperio no se construye dejando a todos contentos, pierdes mucho en el camino y debes contar con ello para lograrlo.
  7. Aprendí que, los amigos son la mejor medicina. Que la risa es contagiosa. Que lograr el éxito con amigos, es mejor que lograrlo sólo.
  8. Aprendí que proteger y apoyar a la familia, es esencial para que todo valga la pena.
  9. Aprendí que no necesitas ser perfecto para hacerte amar, que lo bueno que hay en ti, puede hacer más ruido que tus posibles defectos.
  10. Aprendí que, lo que te hace imborrable, inolvidable es la gratitud que eres capaz de generar en muchas personas, fruto del servicio, la disponibilidad y el genuino deseo de contribuir en la calidad de vida muchas personas.

Para estar a su lado, debías estar dispuesto a trabajar, a darlo todo, a comprometerte con su visión. Debías ser valiente, atrevido, estar dispuesto a superar el miedo. Los errores eran tolerables, pero rendirte no. Aprender era imprescindible, como solía decir –“quiero a alguien chispudo”-.

Alfredo supo honrar el patrimonio que recibió, sin dejar a nadie fuera. Lo hizo crecer, lo nutrió, lo consolidó y hoy día damos gracias por su vida. Gracias por lo bueno, perdón por lo malo.

Celebro el regalo de coincidir con este maravilloso y complejo ser humano. Celebro lo aprendido. Celebro lo vivido. Celebro lo compartido. Celebro su legado. Celebro su vida, porque estoy segura de que así deseaba que fuera.

Gracias Alfredo Chávez por tu legado, descansa en paz.

*Leadership Trainer, Executive & Life Coach





Claudia Guillén

Claudia Guillén Columnista / Actitud imparable

Leadership Trainer, Executive & Life Coach. Quiero ayudarte a tener la claridad y la seguridad que necesitas, para tomar las decisiones y emprender acciones que te lleven al cambio que deseas en tu vida. www.claudiaguillen.com

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