Con aplausos, abucheos, licor y por supuesto compra de votos y voluntades, 114 padres de la patria -del criollo- aprobaron el presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado para el año 2023. Los presupuestos tanto privados como estatales, tienden a incrementarse en cada período fiscal, digamos, el presupuesto de ingresos -venta de bienes y/o servicios- de una empresa mercantil debe y tiene que ser mayor al del año anterior, ese es el objetivo o parte del crecimiento de una empresa; debemos generar todos los ingresos posibles y optimizar o priorizar egresos, de eso se trata la administración de los recursos económicos, pero, en la administración pública y sobre todo en este desgobierno que tenemos, sucede -desde hace mucho rato- todo lo contrario.
La formulación del presupuesto del gobierno de Giammattei no está hecho sobre ninguna base técnica presupuestal, ni normas para la formulación presupuestaria, nada de eso, con Giammattei todo es a rajatablas, el hombre quiere pisto y más pisto y le vale veinte la fuente de financiamiento.
En teoría existe un marco de mediano plazo, un plan estratégico y operativo por resultados, un presupuesto por resultados propiamente dicho, etc., pero, cuando el hombre no tiene amor propio, su corazón está en el dinero fácil, no hay poder humano que lo detiene y que lo haga entender. Lo que sí es cierto, el próximo año -2023-, el gobierno tendrá nada más y nada menos la suma de 115 mil 443 millones 737 mil quetzales para hacer más de lo mismo.
He dicho en otras ocasiones, nadie gasta o invierte más de lo que tiene, eso jamás podrá ser posible, a menos que se den cuatro situaciones especiales: Que este vendiendo sus activos, que pida crédito o fiado, que se gane la lotería, o que, esté robando. Ese es el sentido común de cualquier mortal guatemalteco.
Todos, menos los politiqueros baratos, primero presupuestamos nuestros ingresos luego decidimos cómo gastarlos o invertirlos. El gobierno, central y municipal -dirigido por mafiosos-, primero piensa en sus dientes, luego en sus parientes, después en sus amigos y por último en la persona a quién fue a babosear cuando estaba en campaña electoral. Qué tipo de gente es esa, no se tienta el alma para robar, jamás piensa en los hospitales, en seguridad, educación, etc., y hay de aquel que piensa lo contrario o que se atreva a mencionar la palabra CORRUPCIÓN, luego la declaran enemigo del pueblo, comunista, chairo, etc., tiempos difíciles estamos viviendo y como decía mi abuelita, vendrán cosas peores.
Estimado lector, el 68% de esos 115 mil 443 millones, si irán en GASTOS DE FUNCIONAMIENTO, es decir, sueldos, viáticos, combustible, alquileres, viajes, viandas, licor, churrascos, etc., de los empleados mayores -presidente, vicepresidente, ministros, viceministros, diputados, gobernadores-, empleados menores -alcaldes, concejales, síndicos- y aunque usted no lo cree también les salpica a los COCODES, Consejos de Padres de familia y comités de barrio, lamentable, esto está insuperable.
Para taparle el ojo al macho, el 18% -19 mil 716 millones- irá para INVERSIÓN, es decir, para pintar y reparar escuelas, hospitales, puentes, centros de salud, seguir pagando por contrato a miles de maestros -violando de esa manera el derecho de igualdad de los trabajadores del estado, porque, al maestro por contrato, no le pagan todas las prestaciones laborales-. En este rubro del 18%, solapadamente nos están robando 2 mil 970 millones los cuales están destinados para el MICIVI, para ampliar y darle mantenimiento a la red vial del país, cosa que no sucederá porque las carreteras están colapsadas, para colmo de males, seguiremos sin Contralor General de Cuentas porque, el que eligieron los corruptos, no es idóneo para ese puesto. Otra vez, el 14% del presupuesto servirá para pagar intereses de la deuda pública; lo que vamos a pagar por mantener esa deuda -16 mil 141 millones- es casi igual a lo que se pagará en los supuestos proyectos de inversión, así las cosas, ningún país del mundo saldrá de la pobreza y desnutrición con una malísima distribución del presupuesto.
“El dinero alcanza, cuando nadie roba”. Nayib Bukele.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.