Por Crysta Nowell
En la actualidad tratamos el tema de la migración en todas las reuniones a las que asistimos. Y es que en todos los ámbitos se ha vuelto un problema, sobre todo en el empresarial. Vamos por la calle y encontramos varios anuncios que dicen “Se solicita personal para trabajar” o “se solicitan albañiles”, en diferentes medios de redes sociales vemos anuncios de oportunidades laborales y todo esto nos indica que en Guatemala sí hay trabajo.
Entonces, si hay oportunidades laborales, o actualmente están cubriendo un puesto de trabajo dentro de una empresa, recibiendo todas las prestaciones establecidas por la ley y ganando de acuerdo a las tareas de su puesto de trabajo, ¿por qué están migrando? Seguramente todos tenemos una respuesta obvia, y es que los dólares se multiplican ocho veces al llegar en remesas hacia Guatemala, y claro, eso genera vivienda, vehículos, ropa, calzado, entre otros, pero para llegar al tan ansiado sueño americano, existen muchos obstáculos y es aquí cuando nuevamente nos hacemos varias preguntas ¿vale la pena dejar un trabajo seguro?, ¿vale la pena endeudarse?, ¿vale la pena arriesgar la vida?
Para la psicología, estas preguntas tienen una respuesta. El ser humano, por naturaleza, tiene la necesidad de llenar nuevos vacíos, en palabras simples, las personas necesitan algo más de lo que ya tienen; ya están satisfechos, ahora necesitan más. Y esta constante búsqueda de nuevos logros es una exploración inconsciente del ser humano para buscar la tan ansiada felicidad. Esta se conoce como felicidad light o felicidad liviana, consiste en un círculo vicioso de generar verdaderas satisfacciones sin éxito alguno, y no es que no sean felices en otros ámbitos de su vida como el familiar o el social, pero en el laboral se encuentran en una constante búsqueda de aquel sentimiento, es por ello que aquellas personas que han renunciado a su trabajo estable y seguro buscan el sueño americano sin tener necesidad de ello.