Los niños y niñas que juegan en un lugar, lo convierten en un territorio sano. Si en ese terreno tiraban basura, ahora los padres y vecinos tienden a limpiarlo. Si había actividades delictivas ahora los delincuentes tienden a huir de ese lugar. Si estaba oscuro, ahora se transformará en iluminado.
Los niños necesitan espacio para correr, gritar, saltar y hacer ejercicio. Si se mantienen encerrados en casa tienden a estar frente a las pantallas, al mal humor y a la pereza.
Los vecinos deben priorizar los espacios para que los niños y jóvenes jueguen, compartan y se diviertan. Los padres deben llevar a los niños frecuentemente al campo a jugar. Aunque en un principio no quieran, después vendrán animosos.
Los chiquillos juegan instintivamente, porque es una manera de aprender, de desarrollarse físicamente, mentalmente y socialmente. De divertirse, aunque no aprendan. No todo juego tiene que tener utilidad. Es más, esa es la característica principal de un juego, que no hay beneficio, ni mayor peligro, ni reglas rígidas.
Ahora que estamos en tiempo de no escuela, y se puede jugar con libertad. Los centros educativos resultan ser un lugar desagradable para estar. Solo se escucha el júbilo cuando es hora de salir de ahí.
A la escuela se va a aprender, a ser feliz y a socializar. Pero si en ese lugar se aprende a costa de la felicidad, eso es un crimen. Si se aprende a costa de la amistad, es un doble crimen.
Usted como adulto, dedíquele mínimo un tiempo diario a jugar con sus niños y niñas. No se arrepentirá. Es más se arrepentirá de no haberlo hecho, cuando haya pasado el tiempo y los niños se hayan ido, su felicidad se haya marchado, su entusiasmo ya no esté. Y ahora se hayan convertido en adultos amargados, trabajadores desganados, odiosos y odiantes.
Ralenticemos las actividades, quitémosles el carácter de serio, de formal, de importante. Vivamos, así como los niños lo hacen de forma espontánea, alegre, sin prejuicios, eso es vida, a los demás no se le puede llamar vida.
Le dejo la siguiente frase para que reflexiones: “Solo si eres feliz, puedes decir que vivís”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo