¿Alguien quisiera tener una vida sin impedimentos, sin dificultades, sin inconvenientes, en pocas palabras sin obstáculos? Pues, definitivamente todos quisiéramos vivir así, pero, eso no es posible ni aquí ni en la China.
Quiero referirme específicamente a los obstáculos que no nos permite tener una vida más decorosa, más humana o si usted prefiere, más cristiana, esos obstáculos que nos pone la persona o la autoridad que, supuestamente está velando por que precisamente haya menos dificultad e inconvenientes en nuestro desarrollo como pueblo, como comunidad y así alcanzar el ansiado bienestar y paz social.
Todos o casi todos, esperamos con ansías, con optimismo empezar un año nuevo, nos propusimos metas para lograr nuestros objetivos, sobre todo trabajar con responsabilidad, respeto y honestidad bastiones o valores imprescindibles para combatir nuestra corrupción, estoy casi seguro de que ese fue el sentir de los ciudadanos de a pie, del ciudadano que día a día sale a la calle para ganarse los frijoles –coloquialmente hablando-.
Sin embargo, hoy por hoy, el ciudadano no común, el que no anda a pie, el que tiene comida en abundancia, el que tiene seguridad por doquier, ese ciudadano el que Dios le dio la oportunidad de servir, de administrar lo que no es suyo, ese ciudadano llamado Presidente de la República, el que tiene entre otras, las siguientes funciones y atribuciones: Autoridad máxima del país, representante de la unidad nacional, el que debe velar por los intereses de toda la población, el que tiene vedado, o sea, prohibido favorecer a partido político alguno, el que debe mantener la integridad territorial y la dignidad de la nación, administrar la hacienda pública con arreglo a la ley, velar que la administración pública se desarrolle en armonía con los principios morales y éticos, y que el régimen jurídico-administrativo del estado propicie la eficiencia y eficacia. Pregunto, ¿estará cumpliendo con estas mínimas funciones y atribuciones el actual presidente de la República?
Don Jimmy Morales es el peor obstáculo del ciudadano honrado y trabajador, en el primer día hábil del año, manda a militares para no dejar entrar al país a la persona –Ivan Velásquez- que tuvo las agallas de enfrentarse al status quo que, por cientos de años, ha sido el obstáculo para el desarrollo del país. No le tiembla el pulso para desobedecer las órdenes de la Corte de Constitucionalidad, menos le tembló la mano para despedir al supervisor de educación de Quetzaltenango –Lic. Ramón Yax-, por no accionar contra los maestros de los niños que portaron pancartas a favor de CICIG y en contra de él -Jimmy Morales- en el desfile de septiembre último.
Para los científicos e intelectuales de la talla de Luis von Ahn y Diego Fonseca, la solución a la corrupción e impunidad en nuestros países subdesarrollados y tercermundistas es la CICIG. Según una encuesta realizada por el científico guatemalteco –Luis von Ahn- el 85.6 % de la población desaprueba la forma de trabajo de Jimmy Morales, en contraste, el 75.3 % aprueba el trabajo de la Cicig. “La CICIG es la mejor esperanza para el país”, palabras expresadas por él. Otra Pregunta: ¿Será de izquierda o de derecha Luis von Ahn?. Dejo el link para su análisis: https://twitter.com/LuisvonAhn/status/1079413437476806656
Comparto con usted estimado lector, un extracto del artículo del periodista, escritor y editor argentino Diego Fonseca, en su columna de opinión en The New York Times en Español: “Después de que Guatemala pidió su formación a Naciones Unidas, la Cicig ha estado detrás de los principales juicios de Estado en un país donde la justicia ha sido presa de los deseos de políticos, empresarios y militares.” Por favor, lea el artículo completo, acá le dejo el link: https://www.nytimes.com/es/2019/01/02/lopez-obrador-corrupcion/?smid=fb-share-es&fbclid=IwAR0yy8AsOxLp28C6Dl8akKs2G64O-Ye4r-lW13dI7on39PfV9hTXcOIZ1x8 Dicen los expertos, el primer paso para quitar o pasar un obstáculo es precisamente identificarlo y luego confrontarlo, los que estamos luchando contra la corrupción e impunidad a través del trabajo de la CICIG, estamos en el camino correcto, por eso es preciso, insistir, persistir, pero jamás desistir.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.