Recientemente, la Superintendencia de Administración Tributaria dio a conocer una estructura de defraudación y evasión tributaria que dejó de pagar y trasladar los impuestos que por ley corresponden. Esta estructura se detectó porque entre el entramado de defraudación incluye a contratistas del Estado, proveedores, y empresas de cartón.
Varios sectores se han unido a la petición de que se les aplique todo el peso de la ley a quienes resulten implicados y que se les haga tributar todo lo que dejaron de trasladar al fisco. Sin embargo, es importante que se hagan las mismas verificaciones a otros sectores que de manera planificada, intencionada y premeditada también tienen estas mismas estructuras solo que más difíciles de detectar porque tienen contadores distintos, abogados diferentes y empresas de cartón con direcciones que sí existen.
Entre estos otros sectores que no tributan lo correspondiente se puede mencionar a todos los comercios que están en los mercados y sus alrededores con grandes capitales y bodegas en lugares aledaños a Quetzaltenango, en donde se resguarda mercadería que no está totalmente declarada y en donde claramente los vecinos se dan cuenta de que descargan grandes cantidades de mercadería que no coincide con el pago de impuestos.
En años anteriores, las grandes industrias de cemento, azúcar, alimentos para animales, han defraudado al Estado con grandes cantidades de impuestos sin pagar, por lo que también es necesario revisar y darle seguimiento a los procedimientos, registros y mecanismos que están utilizando actualmente para el cálculo y pago de sus obligaciones tributarias.
Otro sector que no puede quedarse fuera de esta fiscalización es el de bebidas carbonatadas y embriagantes, pues es necesario establecer si realmente están reportando todos los impuestos correspondientes de la distribución que realizan a todos los centros nocturnos, restaurantes y lugares en donde se venden estas bebidas.