Lo cierto entre tanto sinvergüenza aún existen algunos que no nos vamos a rendir porque en Guatemala es cierto es que hay de todo. Como si estuviéramos en esas peleas del UFC (Última fighting Champion) ; desde una esquina mujeres del mal vivir y el mal dormir, mientras en la otra esquina nos encontramos a los sinvergüenzas de políticos que simplemente fueron mal paridos porque no hay ninguno que se salve. Cada día parece más claro que el lago de Amatitlán que la crisis que agobian a los países son, más que de los pueblos, una responsabilidad de los gobiernos y sus malas decisiones, agregado a esto corrupción e ineptitud de los funcionarios que los integran.
Al día de hoy es difícil castigar penalmente a los responsables de ilícitos cometidos durante el ejercicio de la función pública, sino cuántos ex funcionarios están prófugos o siguen sin una sentencia firme después de un debido proceso penal. A los ciudadanos nos queda la resignación y seguir laborando como siempre, como héroes silenciosos y en condiciones adversas, mas ahora con esta pandemia. Mientras en otra esquina contraria a las ya mencionadas encontramos a una pueblo hipócrita e ignorante y en el otro un grupo que ruega y le pide a Dios un poco más consciente, esperanzada, pero sin rendirse porque aun tratamos de vivir en este país patético inundado de leyes que los mismos gobiernos no pueden hacer que se cumplan, ¡Vaya paradoja!
El costo de la demagogia, mentira, cinismo, ineptitud y corrupción nunca lo pagan los gobernantes o los burócratas, siempre seguirá siendo el pueblo. Son tan inútiles que ya sabemos las preferencias sexuales del presidente actual Giammettei, seguirán tan incapaces que ni pueden pedirle al Congreso de la República de Guatemala otra ley para legalizar las bodas del mismo sexo como ya fue aprobada desde el 26 de mayo 2020 en Costa Rica. Este patriarcado, que aún mantienen un país violento, racista, misógina, hipócrita, asqueroso, sucio y realmente vergonzante.
No solo es el área de gobierno provocadores de personas que literalmente terminan siendo proxenetas, parecen ser peores gente mala se parecen mucho a mis vecinos como Beatriz Berganza una Don nadie que es amante de una persona casada, que nivel de vida tristemente deplorable. Y el actual “administrador” del vecindario que se presta a estas. Y así están muchos casos en toda la República, como que la cuarentena si les afecto aún más con su locura.
Estamos en muchos niveles en los estatus económicos y la burguesía desde las zonas bonitas y hasta zonas tristemente llamadas gueto siempre nos vamos encontrar a uno o varios sinvergüenzas, hipócritas y tantas cosas asquerosas. Les dejo algo si no son felices dejen de chingar a quien sí lo es, y eso va para este gobierno y alrededores.