TERRITORIO ECONÓMICO
Septiembre es el mes en el que los guatemaltecos nos vestimos de gala. La mayor parte de los ciudadanos, entidades educativas, ministerios, especialmente el éjercito, se preparan a celebrar los 196 años de Independencia, o como dice el vocero presidencial, se celebra que el país es un “Estado soberano”.
En estos días ha tomado mucha fuerza la discusión sobre la soberanía del territorio, el patriotismo se respira en muchos, si no es que en todos los políticos y algunos allegados al Gobierno, producto de la decisión del señor presidente Jimmy Morales de expulsar al jefe de la Comisión contra la Impunidad en Guatemala –Cicig- Iván Velásquez, con el argumento de la existencia de presiones en el Congreso, lo que vulnera la independencia del país, por lo que el señor presidente toma la decisión en defensa de la patria libre y soberana.
Remontemónos al pasado, aquel día en que los padres de la patria deciden declarar la independencia de España, y preguntémonos, ¿qué los motivó? Cuenta la historia que los criollos, hijos de padres españoles, eran los amos y señores del territorio nacional. La corona les había cedido las tierras, y los indígenas que las habitaban para explotarlas al máximo. Sin embargo, debían pagar impuestos, sí, impuestos a los reyes de las tierras ibéricas, que para esos días se decretó un incremento en los montos a enviar, lo que no les gustó.
Primero llego la noticia del incremento de los impuestos que la ordenaza real, tuvieron el tiempo suficiente para planear la forma de evadir dicha responsabilidad, sí, lo escribí bien, “evadir el pago de impuestos”, por lo tanto la opción era firmar el acta de independencia, pero esto en ningún momento significó libertad para los indígenas guatemaltecos, la esclavitud continuó hasta 1944, los campesinos en la fincas trabajaban y recibian únicamente alimentos y vivienda, aún hoy existen casos documentados de esclavitud en la “Guatemala soberana”.
Firmada la independencia, los criollos obtuvieron a cambio el equivalente, según ellos, de las escrituras de una “finca” llamada Guatemala, se consolidaron los poderes de unas pocas familias, no más de 20, que se repartieron los recursos y por consiguiente las ganancias. Esa es la soberanía que hoy esta en riesgo, es esa la libertad que protege el actual presidente, así como lo han hecho la mayoría de gobernantes.
Sin embargo, hay otras fuerzas, entre ellos los militares, que defendieron a los dueños de la finca, ahora quieren ser dueños. Los socios del crimen organizado también reclaman espacio, mueven millones, financian campañas electorales, quitan y ponen alcaldes, concejales, síndicos, diputados, gobernadores, ministros y hasta al presidente.
Guatemala nunca ha sido libre, hubo un intento de construir la ruta para lograr la libertad en la presidencia de Juan José Arévalo y con Jacobo Árbenz Guzmán, pero fue truncada por el gobierno de los Estados Unidos en complicidad con el éjercito guatemalteco, gesta que se justificó con el argumento de que el Gobierno era comunista, hecho que la historia reveló era falso.
Hoy en día, en la crisis política que vivimos muchos sectores, entre ellos el mismo presidente, la Fundación contra el Terrorismo, cámaras empresariales y otras instituciones sacan a la palestra la misma justificación, al decir que la Cicig es comunista, aduciendo que si continua en el país es porque quiere convertir a Guatemala en otra Venezuela, mentira monumental, lo que está en riesgo es que quienes han ostentado el poder y obtenido los beneficios de la explotación del territorio guatemalteco ya no puedan hacerlo con total impunidad.
Nunca estaré a favor de la intervensión extranjera, pero estoy consciente que la única forma de recuperar el camino a la libertad es con el apoyo de la comunidad internacional, nadie desde adentro podrá combatir la impunidad que se pasea por todas las instituciones, y leáse “todas las instituciones” del Estado guatemalteco, incluyendo las cámaras empresariales, que han sido incapaces de prohibir a sus afiliados que corrompan a los funcionarios. En ese contexto cito la frase de Daniel Matul, “hoy por hoy, somos un Estado sin Nación y una Nación sin Estado”.
Este mes, cuando escuche el himno nacional, recuerde: Guatemala solo será libre cuando los políticos, militares y empresarios que han corrompido el Estado estén tras las rejas. “Felices fiestas Xelajú”.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.