El ser humano no es un ser acabado, sino un ser en constante evolución. Bien lo decía Heráclito (535-475): “panta rei=todo fluye”. Todo cambia. Y tenemos que estar abiertos a los cambios. Si no cambiamos nuestra manera de pensar, sentir y actuar, difícilmente el mundo cambiará.
En Guatemala urge un verdadero cambio en sus instituciones. Las instituciones del Estado de Guatemala están cooptadas por un sistema corrupto que viene gestándose desde hace muchos años. Y ahora, los corruptos han llegado al límite. Guatemala requiere de un cambio sustancial. La solución no está en sacar a esta partida de corruptos del gobierno (aunque nos caería muy bien); la verdadera solución está en gestar un cambio desde las raíces. Porque mientras no se haga un cambio sustancial desde las bases de las instituciones, seguiremos teniendo títeres políticos a cada cuatro años.
En instituciones públicas, privadas y religiosas hay que hacer cambios. Por ejemplo, en algunas instituciones religiosas (parroquias) urge hacer cambios en cuanto a situaciones administrativas. Nunca faltan líderes religiosos que quieren hacer las cosas como se hacían hace 20 años. Son muy cerrados y tercos, y se molestan cuando alguien llega con nuevas ideas. Los malos hábitos en la administración de los bienes materiales de las instituciones religiosas hay que eliminarlos, comenzando con ignorar a quienes se creen columnas inamovibles en las mismas.
La familia es otra institución que debe mejorar su papel. Hay familias que sufren mucho por la indisciplina de sus miembros. Hay hijos que salen sin permiso y entran a la hora que quieren. A veces los indisciplinados son los padres, que viven haciendo lo que se les antoja. Y el clima familiar mejora cuando sus miembros son responsables con los roles que cada uno desempeña en el seno de la familia.
El cambio es un valor indispensable en las instituciones educativas. El personal administrativo y docente tienen que estar abiertos a los cambios del sistema educativo. Una institución educativa funciona bien cuando la cabeza está bien. La mayoría de los alumnos salen bien en sus estudios, cuando tienen maestros extraordinarios. Los alumnos también tienen que cambiar su actitud ante los estudios. Deben apuntarle a lo mejor y no conformarse con lo mínimo. Cuando el personal administrativo, los docentes, los padres de familia y los alumnos tienen una mentalidad abierta a los cambios, el éxito académico es mayor.
El cambio hay que hacerlo también en la vida espiritual. Hay quienes afirman que Dios no es indispensable en su vida; por lo que no hacen ningún esfuerzo por acudir a misa o a su culto, mínimo, los días domingos. La vida espiritual es clave en la vida del ser humano. Por lo que urgen hacer un verdadero cambio, un cambio de actitud hacia esta dimensión espiritual, porque tarde o temprano nos toparemos con la realidad de dolor y del sufrimiento, y es hasta entonces cuando acudimos a Dios. La vida humana sin un horizonte de Dios, no tiene sentido.
Pero todos estos cambios que he mencionado no serán posibles si usted no cambia sus creencias. El verdadero cambio está en cada uno. Si en algún momento nos han dicho que somos muy metiches y chismosos, pues reflexione y si es cierto, cambie. Si le han dicho que es un hipócrita y dos caras, reflexione, y cambie. Si le han dicho que tiene una mentalidad fatalista y mediocre, pues reflexione y cambie. Si le han dicho que se la pasa juzgando a diestra y siniestra, reflexione y cambie. Si le han dicho que tiene una cabeza de piedra y terca, reflexione y cambie.
Los demás son quienes nos dan las pistas para generar cambios en nuestra vida. Pidamos a Dios su gracia para cambiar aquello que debemos y cambiar para bien nuestro y de los demás.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.