Una mirada puede ser un primer contacto con otro ser humano, una mirada segura, una mirada tímida, una mirada picara, una mirada hace parte de la comunicación no verbal que el ser humano posee para poder comunicarse con los demás, podemos expresar muchas emociones a través de la mirada.
En la relación de pareja, muchas veces como un recuerdo agradable se evoca aquella primera mirada, ese momento justo donde se cruzaron las miradas, donde se descubrieron, se convierte al inicio en un juego que excita, uno mira, baja la mirada, vuelve a ver y así sucesivamente hasta el punto en que si las cosas son reciprocas se da la comunicación verbal.
Esa mirada de menos de un segundo sigue funcionando después de mucho tiempo de relación, ese cruce de miradas lleva incluido un gesto de afirmación o rechazo, dentro de la pareja la mirada se modifica y se vuelve un medio de comunicación propio, cada pareja con la mirada expresa muchas cosas y hasta descubre en ella códigos secretos de comunicación.
Durante una relación sexual la mirada que se cruza, conecta, mejora la estimulación sexual durante el coito, logra un contacto más profundo, más íntimo, de complicidad, no obstante existen personas a las que el sentir que les miran durante este momento les puede generar una sensación desagradable, esto se puede dar por algún complejo de autoimagen que se tenga, prefieren que no se les vea porque sienten vergüenza de si mismos, esto puede trabajarse y mejorar.
Si dentro de una pareja existe desacuerdo entre tener la luz apagada o encendida, es porque de esta forma se demuestra que existe alguna vulnerabilidad de una de las partes de recibir una mirada, muchos se sienten juzgados por su pareja, manejar esto ayuda a reforzar la relación.
Si la pareja ha olvidado mirarse, esto termina generando una desconexión, terminan separándose en la vida, por lo que las miradas en la relación de una pareja son fundamentales, para descubrirnos aun en la relación.
El sentido de la vista tiene la capacidad de que si lo manejamos sin pena, sin tabú, sin vergüenza, nos puede ayudar a mejorar los encuentros sexuales con nuestra pareja, el mirar, el dejarse mirar, es parte fundamental de una relación de pareja saludable.
Un estudio realizado por la investigadora Mylene Bolmont y publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos demostró que las miradas que son más largas y más frecuentes se consideran una indicación de interés genuino, incluido el de tipo romántico. Para la especialista, la mirada mutua es uno de los indicadores más confiables de amor entre las parejas.
Jugar con el sentido de la vista, es algo que puede generar innovación dentro de una pareja, algunas veces el quitar la posibilidad de ver con una venda en los ojos puede ser esa chispa que necesita una pareja para encender la hoguera y otras veces el poder observar detenidamente los gestos, las formas, puede producir una sensación gratificante dentro de la relación sexual.
“Sexualidad saludable incluye el conocimiento de las capacidades del ser para poder generar placer”
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.