Desde la óptica del presidente guatemalteco nuestro país es prospero y productivo. Es el único, según él, con crecimiento económico mayor al 5%, en el año 2020. Para el 2021 el desempeño del país superara ese margen. Giammattei proclama como un logro de su gestión el aumento de las remesas, las que ya superan los USD$12,4 millardos a octubre del presente año. El logro del gobierno es allanar el camino para que el sistema financiero cobre comisiones, venda seguros, capte ahorros; los restaurantes, supermercados y tiendas propiedad de los mismos dueños de bancos también obtiene su buen porcentaje de ganancia.
Ahora bien, esa escena sacada de una película no es la de los pueblos guatemaltecos. El guatemalteco de a pie soporta los efectos de un gobernante inútil cuyo único objetivo es promocionar una realidad inexistente. La cotidianidad se ve reflejada en el desempleo, la pobreza extrema en constante incremento, la desnutrición en niños menores de 5 años en un 60%, déficit en acceso a la salud, la educación seguridad y justicia.
Un incremento en la canasta básica alimentaria, influenciada por el alza en los precios de los combustibles, especialmente el gas propano, la energía eléctrica, la carne, los cereales, la leche, los huevos, el maíz y los productos agrícolas. Desde el inicio de la pandemia el precio del gas subió un 40%, gasolinas y el diesel un 100%. El gobierno justifica el alza por el incremento del precio internacional de petróleo, parece raro que cuando sube afecta directamente el precio de los combustibles, pero cuando baja no. Entre mayo y junio de 2020, el precio del barril de petróleo llego a un centavo de dólar, sin que eso afectara en nada los precios, un comportamiento raro e inexplicable.
La estrategia de los sectores que ostentan el poder presenta rasgos de odio, discriminación, desigualdad, racismo, despojo, acumulación de riqueza. Para mantener el status quo debe promover la pobreza, el desempleo, la ignorancia, entre otros, con ello garantiza la desesperación de la ciudadanía, quienes con el objetivo de subsistir aceptaran un empleo en el gobierno, cuando bien les va. En el peor de los casos una bolsa de alimentos, una lamina, un machete o un vale, será lo poco que recibirá, a cambio entregara el voto para dar continuidad a este sistema corrupto.
Este panorama desfavorable, aunque no lo parezca, puede ser sujeto a un cambio. Es el pueblo quien ostentan el poder y lo delega, ahora bien, no lo delegue. La posición política del pueblo debe mostrar las siguientes actitudes: a) Comprar productos agrícolas solo en mercados o tiendas de barrio, b) Consumir los productos de la canasta básica en tiendas locales, cuyos propietarios sean miembros de la comunidad, c) No cultivar con semillas transgénicas, d) Crear cooperativas para transformar la materia prima, agregar valor, para luego vender en el mercado interno y externo, e) Fortalecer la organización de agricultores, artesanos, comerciantes y otros actores locales. Solo el pueblo salva al pueblo, frase con mucho sentido, corresponde ahora hacerla realidad.
El Estado guatemalteco pertenece a un pequeño grupo, los protege, les otorga concesiones, incentivos fiscales, contratos y beneficios de todo tipo. Diecisiete millones de guatemaltecos trabajamos para mantener este país, un buen grupo envía remesas, otros vende su mano de obra a un bajo precio, y la mayoría paga los impuestos para mantener el aparato gubernamental, toda la infraestructura, servicios y hasta la coimas de los corruptos.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.