Ha llegado un nuevo año. Estamos en el año 2023. Como cada inicio de año, siempre se generan expectativas respecto al futuro de este año. Alguno se comieron las 12 uvas pidiendo deseos para este año. No estoy tan seguro que esa práctica pueda traernos un buen año, lo que estoy seguro es que hay algunas condiciones que deben cumplirse para que el año realmente sea un año productivo. Entiendo que es necesario poner toda la diligencia necesaria en el quehacer diario cualquiera sea nuestra forma de producir. Se necesita constancia, disciplina, persistencia buenas relaciones interpersonales, preparación especializada en lo que trabajes etc..
Así como hay algunas condiciones generales que deben de cumplirse, quiero resaltar también que hay condiciones de índole espiritual que también son determinantes para que esto funcione. La primera de ellas está definida como “Guardar su Palabra”. Y esto no se refiere tomar la Biblia, envolverla en una sábana especial y guardarla bajo llave, esto tampoco se refiere a guardar en tu memoria, aunque eso es necesario. Más bien se refiere a vivir bajo dichos preceptos. “Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.” Deuteronomio 8:6 RVR1960 Guardar su Palabra significa hacer de ella parte de tu vida. Que con cada acto que tú realices, sea basado en dichos mandamientos. Cada vez que hagas una negociación tienes que recordar que dice tu Biblia respecto a tu comportamiento ético y profesional. No debe haber una disociación entre lo que crees y lo que haces. Ambas cosas deben ir de la mano. Eso es justamente lo que Jesús condenaba de los fariseos en su época: decían una cosa, pero vivían de otra forma. Él nos promete que cuando guardemos su Palabra, È suelta las bendiciones que tiene para nosotros, todo esto tampoco niega que el año vaya a ser fácil. Todo lo contrario, lo que ofrece es bendiciones a disfrutar en medio de las tormentas. Y que cada tormenta tiene su propia solución.
En esa buena tierra donde Dios promete introducirnos está plagado del vital líquido: el agua. “Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;” Deuteronomio 8:7 RVR1960. El significado del agua es vida. Lo que Dios te quiere decir es que si estás bajo sus mandamientos él te promete vida a través de su Palabra, a través de proveerte salud divina y a guardarte de la enfermedad. O incluso sanarte de la enfermedad cuando esta te visite.
Dentro de su plan divino no incluye la escasez. Dios generalmente es un Dios de sobre abundancia y desea que eso fue mi parte de tu vida diaria. Como puedes observar en el siguiente pasaje, toda la variedad de alimentos que él promete para tu día a día. Deuteronomio 8:8 -9 RVR1960 “tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.” Lo único que él te pide es que cuando estés bendecido, prosperado, puedas recordarte cuál es la fuente de tu bendición, que en este caso es Dios mismo. La invitación para todos nosotros es todas las mañanas agradecer por el regalo de la vida y aprender un poco más de sus preceptos y vivir bajo ellos.
Cardiólogo - Coach/Conferencista coachedwinibarra@gmail.com