No importa cuánto te amen, sino cómo lo hacen.
Los humanos son seres de amor. Al principio de sus vidas, en la infancia necesitan tanto el amor como la leche. Si les falta en exceso puede llegar a morir, literalmente. Si tienen carencia, pueden llegar a comportarse desadaptados en la adultez.
Un adulto que busca obsesivamente el amor en una pareja, es vulnerable de tener crónicamente un amor insano. El cual a pesar de ser desagradable, degenerativo y sufrido… lo sigue manteniendo.
Un amor sano, le construye, uno insano le destruye. Esto se puede comprobar en la relación. Si normalmente la pareja tiene armonía entonces podemos considerar que es sano. Un 80/20, o sea un 80% de armonía y un 20% de discordia es aceptable, un 70/30 todavía, un 60/40 es inaceptable. Pero si la mitad del tiempo 50/50 se la pasan en discordia, entonces es insano.
El amor sano es incondicional, o sea sin condiciones. El amor condicionado, no puede llamarse amor, sino transacción. Los padres son los que inician la costumbre de condicionar el amor en sus hijos e hijas, con el “te quiero pero si haces tus tareas”, luego de adultos ellos lo repiten con el “te quiero pero si me das la muestra de amor”.
Es necesario que usted esté atento o atenta a descubrir si sus amores, de amigos, familiares y de pareja, les está edificando mutuamente, comparten en concordia y felicidad y les hacen cada vez más libres.
Recuérdese que para amar a una pareja usted debe ser una naranja completa, no media naranja que busca otra media naranja que encaje perfectamente. Un amor necesitado donde sin él se muere. El amor es compartir en libertad.
Le dejo la siguiente frase, para que reflexione: “Toda relación te tiene que ayudar a crecer, si te decrece es urgente romper”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo