Guatemala es un país pequeño geográficamente hablando, pero grande por quienes la formamos. Todo lo que hacemos cada día, debemos hacerlo por amor a este país que nos ha visto nacer, crecer y realizarnos como personas. No importa si se tiene mucho o poco; lo que importa es que lo que usted y yo haga, lo haga con excelencia, para sacar al país de la eterna primavera de la situación de pobreza, delincuencia y corrupción a la que lo han metido otros.
Este 15 de septiembre será diferente. No habrá desfiles, no hay feria de Independencia, no hay reinas, y pienso también que habrá menos bolos en las calles. Esto no significa que no celebremos el 199 aniversario de la Independencia de Guatemala. Cada uno ha de buscar la manera de celebrar estas fiestas patrias.
Tomando en cuenta que la mayoría tendrá algunos días de descanso académico, y por lo menos uno o dos días de asueto, tratemos la manera de reflexionar sobre la Guatemala que visualizamos a corto, mediano y largo plazo. Los últimos meses han sido largas noches oscuras para muchos guatemaltecos. Este pequeños virus ha enlutado a miles de paisanos fuera y dentro de este país.
Los efectos que este pequeño virus ha dejado son incontables. El dolor y el sufrimiento en muchas familias guatemaltecas es indescriptible. Las secuelas económicas, laborales y emocionales nos siguen pasando la factura. ¿Qué podemos hacer ante este panorama? ¿Quedarnos de brazos cruzados? Creo que no. Desde lo más profundo de nuestro ser hay que sacar esas fuerzas y ese coraje, que deben motivarnos a seguir adelante, porque la vida sigue, aún en medio de tanto sufrimiento y dolor imperante en el presente.
Los que tenemos la dicha de estar vivos, tenemos que seguir dando la cara por nuestras familias, por nuestras instituciones y por Guatemala. Los guatemaltecos tenemos que reponernos de los golpes de este virus y de otros problemas sociopolíticos de este país. Es duro ponerse de pie, luego de haber sido testigos de la pérdida de la batalla de algunos de nuestros seres queridos. Es difícil estar contagiado y visualizar un futuro incierto. Pero si usted está vivo, tiene la oportunidad de levantarse y seguir luchando, en nombre de Dios.
Aprovechemos esta semana de independencia, para llenarnos de energía positiva. Guatemala, nuestra familia y nuestra iglesia nos necesita. Usemos la creatividad para celebrar estas fiestas patrias. Se vale celebrar la vida. Dediquemos un momento a esos seres queridos que nos han dejado. Una manera de mantener vivo su espíritu, es celebrar como cuando ellos estaban. Recuerdo que seño Vicky, para estas fiestas hacía “garnachas” para toda la familia. Ella ya no está; ahora descansa en la paz de Dios. Es deber nuestro buscar la manera de comer garnachas, para mantener viva su memoria.
Lo que quiero decir es que, la vida Dios la da y Dios la quita. Querer entender la muerte solo con la razón no es posible. Ante el misterio de la muerte es indispensable usar la fe. La fe me dice que nuestros seres queridos que ya se adelantaron, ahora están en un estado diferente y mejor, están en la presencia de Dios. ¿Por qué murieron? ¿Por qué se nos adelantaron? Sólo desde la fe podemos encontrar una respuesta a estas preguntas.
¡Felices Fiestas de Independencia! Sigamos dando lo mejor de nosotros para sacar adelante a Guatemala y a nuestros seres queridos. Dios les bendiga siempre.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.