Fue un líder indígena guatemalteco, del pueblo maya k’iché’, figura representativa del Levantamiento indígena de Totonicapán de 1820, que derrocó el poder español de la localidad e impuso durante 29 días un gobierno propio en la región conocida como Totonicapán en el Reino de Guatemala.
Al haber fracasado la sublevación, fue apresado, azotado y encarcelado en Quetzaltenango.
Manuel García Elgueta sintetizó la cruenta tortura con el estribillo popular siguiente Hasta que vieron mi ojos/ Lo que nunca habían visto:/ En Totonicapán un Rey/ y en Quetzaltenango un Cristo.