Por huirle al sufrimiento, sufres más.
El dolor es parte de la vida, es normal y está lejos de ser patológico, en más, es beneficioso. Tolerarlo, soportarlo, incluso sobrepasarlo en una medida, aumenta la resistencia, mejora la salud, genera destreza física y emocional.
El atleta comprende que haciendo una rutina más, después de sentir dolor insoportable le traerá músculos más ágiles. Sabe que el dolor es el primer indicador de que algo está cambiando. Su silogismo dice: “No pain, no gain” que significa, “Sin dolor, no hay ganancia”.
Por supuesto que exagerar en el umbral puede traer lesión, y así en lugar de progresar, declina. Todo tiene una medida y rebasar paulatinamente los límites genera que el cuerpo y la mente reaccionen positivamente.
También rebasar moderadamente el dolor emocional trae grandes beneficios. La tristeza, el vacío, la angustia se puede aguantar, son soportables. Hay personas que dicen: “ya no aguanto más”, pero sí aguantan más. Tenemos más tolerancia de la que realmente creemos.
Paradójicamente, las personas que no quieren sufrir, sufren más. Porque buscan píldoras que les arranquen el dolor emocional, pero no existen. Se refugian en drogas, pensando erradamente que van a estar mejor, pero están peor. Por huir hacia el bienestar, se atascan en el malestar crónico. Esa evitación les genera un cuadro ansioso altamente desagradable.
La tolerancia al dolor se puede entrenar, primero evitando la evitación, o sea enfrentando el dolor, el miedo, el impulso. ¡Aguántense! Pruebe afrontar situaciones que considera desagradables, por ejemplo una ducha de agua fría, detener la respiración por más tiempo, comer poco en la cena para tolerar el hambre. ¿Cómo va usted a saber cuáles son sus límites, si no los pone a prueba?
No consuma analgésicos, nunca beba licor creyendo que es una medicina para aliviar dolores del alma, si va a hacerse un relleno dental pida que sea sin anestesia. Aprenda a controlar su mente, su cuerpo por medio de la respiración, de la meditación, de la concentración. Eso es posible y además saludable.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione que más bien son dos refranes: “No hay atajo sin trabajo” y “Por el sendero áspero a las estrellas.”
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo