Todas las cosas buenas
No hay mal, que por bien no venga.
Usted puede tomar una actitud pesimista ante la situación que atraviesa o una actitud optimista. Puede verla como ¡Qué horrible! o puede verla como una oportunidad, una prueba para las capacidades adquiridas. ¿Qué prefiere quejarse o emocionarse? ¿Elige traumarse o aprender?
Si usted es un líder, y tiene muchas personas a su cargo. O les señala sus deficiencias o les saca provecho a sus fortalezas. Todas las personas que le rodean tienen algo para lo son muy buenas, cuentan con algo que aportar, poseen algo que enseñar. Entonces aprecie todas las cosas buenas… de cada objeto, situación o persona.
Quizás recordará que cuando tuvo carencias, eso le motivó a esforzarse y ahora tiene abundancias en esa área. También que las dificultades que superó le hicieron más fuerte. Que las veces que le engañaron, le enseñaron a ser más listo. Si tiene la actitud de ver lo feo como bonito, lo desagradable como curioso, lo injusto como una oportunidad, entonces pensará que no hay mal que por bien no venga.
Dentro de las dificultades se esconden las oportunidades, eso es pensar positivo. Es una buena postura sacarle provecho incluso hasta al estiércol, al ponerlo en las raíces de los árboles y obtener buen fruto. Las adversidades vienen para fortalecerle. “Lo que no te mata te fortalece.” Dice el refrán.
Charles Darwin diría, “No son las especies más fuertes, ni las más inteligentes, las que más sobreviven, sino las que mejor responden al cambio. Pero para adaptarse bien, hay que estar atento, observante, optimista curioso.
Si tiene la paciencia de prestar atención, aprenderá, será cada vez más inteligente. Si se impacienta y reniega, se amargará y alejará a los amigos, incluso será ciego de ver las cosas buenas. Vivamos y que pase lo que tenga que pasar. Que venga lo que tenga que venir y que vaya lo que se tenga que ir. Lo que sucede afuera de usted, no está en sus manos, pero lo que sucede dentro, debe ser usted quien lo controla. Si quiere soñar que todo es positivo, es su decisión. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Se vale soñar, y el cielo es el límite”.
