Quienes se dedican a la salud de las personas en general, y quienes nos dedicamos a la salud mental y espiritual de las personas, sugerimos constantemente que se amen, se quieran y se dediquen un tiempito a sí mismas. Lo sugerimos, pero no siempre lo hacemos. Y es comprensible, porque nuestras agendas normalmente están llenas.
Ahora que se aproximan las Fiestas de Independencia, y que muchos vamos a tener el privilegio de descansar un par de días, no desperdiciemos esta oportunidad para dedicarnos un poco de tiempo a nosotros mismos. Sí, es posible hacer un pequeño espacio para establecer una alianza de amor con nuestro ser.
Tener tiempo para mí significa pensar un poco en nuestra persona. Normalmente, pensamos en los demás, y nos esforzamos por satisfacer las necesidades de los otros, pero raras veces nos dedicamos tiempo. Y es que, si no apartamos un poco de tiempo para sí mismos, la factura nos la pasa la salud a corto, mediano y largo plazo.
Estamos en el noveno mes del año, un mes desde el cual visualizamos ya el fin de este año. Estamos aún a tiempo de pensar en nosotros. Esto es tener amor propio. Con esto no estoy expresando que los otros no sean importantes. De hecho, trabajamos para cubrir las necesidades de quienes amamos. Lo que quiero decir es que para mantener un buen estado de ánimo y unas extraordinarias relaciones humanas, es indispensable estar en armonía con nosotros mismos.
Tiempo para mí, significa salir a tomarme un café con personas que sumen en nuestra vida. Tener tiempo para mí significa leer un buen libro, comerse su helado preferido. Tiempo para mí es apartarse un poco del ruido de la vida ordinaria, y buscar un espacio de silencio y recogimiento para encontrar esa paz interior, tan necesaria, en un mundo convulsionado.
Tiempo para mí, significa ir por un sauna y un buen masaje. De vez en cuando se vale consentirse y apapacharse. Este tipo de actitud hacia nosotros mismos nos llena de energía, para ponernos de pie y seguir avanzando en este camino de la vida.
Cuando uno aparta un poco de tiempo para sí mismo, se da cuenta de lo poco que se necesita para ser plenamente feliz. Las cosas materiales son medios para satisfacer nuestras necesidades humanas. Pero no nos hacen felices. La felicidad es una aspiración muy humana, que no depende del goce sensible, sino del interior del hombre y de la mujer.
Así como hay tiempo para los estudios, para el trabajo, para la familia y para muchas cosas más, así también hay tiempo para cada uno. Y las fiestas de Independencia son un buen motivo para distraerse, relajarse y disfrutar de actividades que ordinariamente no se hacen. Incluso valdría la pena hacerse un buen chequeo médico. Esto también es dedicarse un poco de tiempo a sí mismo.
De vez en cuando, haga un alto en su vida y dese cuenta de que casi siempre está pensando en los demás. ¿Cuántas veces al día piensa en usted? Posiblemente, nunca piensa en usted. Nunca es tarde para comenzar a tener tiempo para mí.
Si queremos vivir bien y muchos años, colaboramos con Dios, apartando un poco de tiempo para nosotros. El mismo Jesús se apartaba de la gente para hablar con su Padre, (Lc 6, 12). Cada uno necesita apartar un poco de tiempo para dialogar consigo mismo y con Dios, dueño de la vida.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.