Con excepción de las dictaduras de larga y corta duración, los represores, golpistas y tantos otros gobernantes dictadores de negro y amargo recordatorio que han desfilado por el gobierno de Guatemala, el que está por concluir, que hay que reconocer no encaja dentro de tales calificativos, también dejará un negativo reconocimiento a los cuatro años que estuvo en el ejercicio del poder.
Los resultados, están a la vista: mala administración, según resultados en calificativos derivados de algunas encuestas; la opinión generalizada de algunos analistas y, con escasas excepciones, la opinión igualmente generalizada que hemos percibido en amplios sectores de la sociedad guatemalteca: coinciden en que, quienes, como gobernantes están en la antesala de concluir su período, terminarán como uno de los peores gobiernos que ha tenido Guatemala.
Para poder evaluar los resultados de una administración gubernamental durante su gestión, es necesario conocer la situación en que se encontraba el país cuando asumieron el cargo, y como lo entregan al concluir y entregarlo a la nueva administración: como entregan el país, cuando finaliza el período del anterior, y asume el cargo, el gobierno posterior: cuando se da el cambio de la vieja, a la nueva administración gubernamental; cuando se concreta el cambio de poderes. Luego entonces, en el caso de Guatemala, debemos conocer y reconocer, como era el país en 2016, y como lo encontramos en el 2020 que es el año en que habrá de realizarse, el cambio de poderes. Hecha esta observación, estamos frente la posibilidad de evaluar los resultados de la administración que termina y asumir el derecho y la obligación de preocuparnos por el que hacer, de la nueva administración
Se ha comentado hasta la saciedad que, el presidente que está por concluir su período, encontró un país escandalizado por los niveles de corrupción del gobierno que le antecedió y donde, los principales protagonistas del robo y la corrupción, se localizaban en la cúpula del poder ejecutivo. Frente a esta realidad, debemos recordar que fue precisamente LA CICIG, la que investigó y denunció, el cochinero en que se navegaba en la administración que estaba por concluir.
El presidente que está por entregar el cargo, entonces, encontró una tierra fértil y un electorado sensible a los discursos demagógicos por la corruptela de todos los colores, sabores y tamaños que se venían señalando y lo que, Incluso, permitió sorprenderlos con el lema de NI CORRUPTO, NI LADRÓN para facilitar el triunfo de quien, en mucho, deja un país peor, del que recibió hace cuatro años.
En el gobierno que está por concluir ni los corruptos, ni los ladrones incrustados en el ejercicio del poder, desaparecieron, sucedió más bien lo contrario: al congreso llegó gente nueva que inmediatamente se contagió para dar paso al PACTO DE CORRUPTOS que hasta el momento sigue con “sus travesuras” poco disimuladas en desprestigio del congreso que necesita y requiere ser reivindicado por los nuevos elementos que llegarán al organismo legislativo: a estos corresponde la obligación de lograrlo, siempre y cuando no se dejen sorprender y eviten ser contagiados por aquellos diputados que, siendo miembros del pacto de corruptos, seguirán el congreso porque fueron reelectos.
El presidente y vicepresidente se irán pues, dejando una deuda para con la sociedad guatemalteca: no le cumplieron a Guatemala y en casos tomo tales, seguirán siendo recordados como un gobierno más que, teniendo la oportunidad de hacerlo, hicieron poco o nada por el país; ejemplos para demostrarlo, hay y en abundancia. En cuanto a los diputados, ¿qué se puede decir?; fue un congreso dominado por un grupo que, con honrosas excepciones, fueron secundados por otros que a lo único que llegaron e hicieron en el congreso, fue cobrar sueldos, dietas y disfrutar de los privilegios inherentes al cargo desempeñado; todo, porque llegaron, como en tantos y tantos casos, aspirar y llegar a desempeñar un cargo para el que no están preparados y ser sorprendidos y manipulados por el pacto de corruptos y otros que se aprovechan de ellos, para llevar agua a su molino.
Por ello y cuanto se podría agregar, es que hay coincidencia en la ciudadanía de que el gobierno que está por concluir su mandato, será uno más, de los peores que nos han gobernado, pero, al presidente y vice presidente, ya los espera el Parlamento Centro Americano para incorporarse a una institución donde se gana en dólares para no hacer nada, como lo confirma la experiencia pues, el PARLACEN, que se sepa, desde su surgimiento, no ha realizado absolutamente nada de trascendencia para beneficio de y en la región en general, y para Guatemala en particular.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com