La verdad, ya a nadie extraña que se sigan presentando casos de corrupción; lo que sí asquea, y mucho, es ver que la corrupción esté invadiendo de diferentes maneras, desde la presidencia, hasta los más bajos niveles, convirtiendo en un estercolero el ejercicio de la administración pública, sin excluir en este cáncer sociopolítico a algunos empresarios y personas que se han coludido, y se siguen coludiendo, con funcionarios, que aprovechando los cargos que ocupan en el Gobierno, intervienen y participan según los intereses de quienes logran sus propósitos ilícitos a cambio de coimas (comisiones o robo descarado en buen cristiano), sin importarles los procedimientos para lograr sus objetivos. Triste y dolorosa realidad, que sigue confirmando el calvario que vive y sigue enfrentando nuestra históricamente sufrida y vilipendiada Guatemala.
Tal parece que, para aspirar y llegar a un cargo de elección popular, el requisito es ser corrupto, pues la excepción es honrar el cargo con honestidad, preparación y compromiso social; en tanto que la regla es ser corrupto, como lo demuestra en no pocos casos, el ejercicio del quehacer en la administración pública; es más, según los últimos acontecimientos, hay funcionarios que por estar en la cumbre del poder, se creen propietarios del cargo, amos y señores, y se olvidan que ellos no son sino depositarios del poder y, de ninguna manera, dueños del cargo que transitoriamente ocupan. Esta percepción es axiomática, pues las acciones que a diario observamos en el Ejecutivo y el Legislativo, lo vienen confirmando. Desafortunadamente, y muy a pesar de la ciudadanía, cada día más se evapora la esperanza porque las cosas mejoren, muy por el contrario: todo cuanto a diario sucede y nos informa la prensa, así lo confirma.
El estercolero en que la corrupción ha convertido el ejercicio de la administración pública y la complicidad de algunos, también corruptos del sector privado, explican por qué estamos como estamos. Frente a una realidad como tal, puede asegurarse que, si se hiciera una rigurosa y exhaustiva investigación sobre tantos otros casos de corrupción, las cárceles serían insuficientes para albergar a tanto ladrón que aparenta ser honrado, pero que no puede ocultar el enriquecimiento ilícito.
Y casos de desviación social, no solo se observan en los tres poderes del Estado; las municipalidades, no son la excepción, pues, el día que las investiguen rigurosamente, tendremos muchas sorpresas sobre tanto que sobre ellas se comenta. Precisamente, conversando con unos amigos recientemente, en la plática surgió un comentario que lo deseable es que sea una presunción: se comentó que parte del problema de los desacuerdos en el Concejo en Xela es por la adjudicación de contratos, y que la solución planteada es que a todos le corresponda un porcentaje de la comisión (coimas), independientemente de a quién corresponda la obra o el contrato. Cierto o no, queda la duda; el tiempo se encargará de lo que sigue.
Por lo pronto, a nivel nacional, los acontecimientos que han sido ampliamente difundidos, nos dan como resultado la impresión de que el Sr. Álvaro Arzú padre, ya controla al Ejecutivo, en tanto que el Sr. Álvaro Arzú hijo, controla al Legislativo; ojalá y no surja un tercero, que a su vez pretenda controlar también al Organismo Judicial, para así, cerrar el círculo y tener el control total y absoluto del país, que sería lo peor que podría sucederle a Guatemala. Por ello, por todo lo demás y cuanto está por venir, la sociedad debe permanecer alerta para cuanto corresponda. Por su parte, a la prensa le toca seguir informando con objetividad sobre los acontecimientos que siguen agudizando la crisis en el país, como mejor respuesta a la desafortunada expresión que en uno de sus arranques e irreflexivos impulsos hepáticos del Sr. Alcalde de la capital, tuvo en una ocasión en la que textualmente, dijo, “a la prensa, se le paga o se le pega”. Es hora de reflexionar para, sin engaños ni manipulación, no volvernos a equivocar.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com