Siete años narrando nuestra historia en común
Hoy, hace siete años. Siete veces ha girado la Tierra alrededor del sol desde aquel 2017 en que se materializó la idea de un medio de comunicación que envolviera todo lo que ocurre en Quetzaltenango y en la región a través del mundo digital. Luego de tantas noches, tantos días, tantas aventuras, escribo desde mi papel de editor de noticias donde he conocido innumerables historias, para reflexionar sobre lo que significan estos siete años para cada uno de los que hacemos La Voz de Xela.
Hay algo que compartimos todos los colaboradores y que nos quema el pecho como una llama ardiente e inextinguible, y es la pasión por contar historias para darles vida en el universo digital. En estos siete años, esa llama ha sido, y es, alimentada por los corazones de quienes confían en este proyecto para narrar sus vidas, sus alegrías, sus penas y sus esfuerzos.
Reflexiono que La Voz de Xela ha llegado a tantos años en el mundo digital porque sabemos cuál es la respuesta, y la respuesta, queridos lectores, siempre son ustedes. A través de cada comentario, cada reacción, cada contenido compartido, nos demuestran que estamos construyendo la historia de nuestra ciudad y región, que estamos edificando algo que permanecerá más allá de nosotros, más allá de este momento.
Estos siete años son los rostros que hemos conocido, las historias que hemos contado y nuestra batalla librada a través de la palabra. A lo largo de este viaje, entendemos que el verdadero poder de un medio de comunicación está en la confianza que construye con su audiencia y en eso, creo que radica nuestro éxito.
En estos siete años, hemos visto crecer a La Voz de Xela en más formas de las que jamás imaginamos. Nos hemos adaptado, innovado y evolucionado. Lo más importante: hemos permanecido fieles a nuestro soul. Son siete años en los que llegamos a la conclusión de que las grandes y verdaderas historias nunca tienen un final, sino que se transforman y evolucionan. Gracias por permitirnos ser su voz…
Por permitir que La Voz de Xela sea el narrador de nuestra historia en común.
