Se han desencadenado una serie de posturas, unas a favor y otras en contra de los bloqueos que se han venido dando desde el mes de julio y en agosto por las demandas ciudadanas que pide una explicación, rendición de cuentas claras en la adquisición de vacunas y la renuncia de funcionarios de gobierno.
Llama la atención que cuando los bloqueos son realizados por grupos de la sociedad civil, se manifiesta la Cámara de Industria, Cámara de Comercio y actores del CACIF pidiendo que se respete la libre locomoción, la traducción de su postura es “mientras sus manifestaciones no me afecten haga lo que quiera”.
Hay que tener algo bien claro, no todos los empresarios son malos, ni todos los empresarios son los que se benefician de las arcas del Estado, hay empresarios que si trabajan y han salido adelante con sus propios méritos, los que componen la cúpula del CACIF son las 8 familias multimillonarias que quieren sostener el discurso de la libre locomoción, eso sí, solo cuando les conviene; el resto de empresarios pequeños y medianos también al igual que el ciudadano común sale afectado a causa de la corrupción y la poca certeza jurídica que hay en el país.
Es curioso que cuando los bloqueos los realizan la sociedad civil, indígena y campesina se emitan comunicados en donde aseguran que cada hora se pierden cantidades millonarias en transacciones comerciales pidiendo que intervenga la policía, pero cuando bloquean los aliados de los militares o el movimiento de un sindicalista del magisterio no se pierde nada en transacciones comerciales, es más las cámaras empresariales ni se manifiestan. Eso solo demuestra que el discurso del bloqueo lo acepta o rechazan a conveniencia.
La población está cansada, cada vez son más las personas que fallecen o se enferman porque no han sido vacunados. El plan de vacunación se volvió clasista porque está privilegiando a las zonas urbanas, a los maestros, estudiantes, a dedo instituciones de gobierno, y el colmo de colmos, hasta los colegios profesionales fueron beneficiados para registrar a sus afiliados sin importar la edad, cuando mucha población aún no ha tenido el acceso.
Si realmente se hubiera respetado el plan de vacunación, se hubiera realizado un buen negocio en la adquisición de vacunas y se hubiera reforzado el sistema de salud y de justicia no hubieran bloqueos, al contrario, hubieran aplausos, así es que cada quien tiene sus razones y lo mejor es respetar a quienes tienen la valentía de dejar su familia y trabajo para participar en las manifestaciones ciudadanas cualesquiera que sean, de todas manera el país está en quiebra, está parado, y la economía no va a levantarse hasta que exista la voluntad política de hacerlo. Hemos llegado a un punto en que el dialogo con el gobierno se agotó, se ha perdido u se pierde cada día en deuda externa, intereses, corrupción y obras mal hechas más de lo que supuestamente se pierde en un bloqueo de carreteras.