Toda empresa necesita colaboradores que puedan dar un servicio de calidad. Muchas empresas se empeñan en transmitir conocimiento, entrenamientos, conferencias, talleres, etc., en el afán de mejorar la calidad de atención a sus respectivos clientes. No podemos negar que a todos nos encanta que nos traten bien cuando nos ofrecen un servicio o un producto. Y aunque muchas veces el servicio y el producto sea de lo mejor la forma de presentarlo es la que hace que todo el proceso se eche a perder desde la puerta del recibimiento. Y es que muchas veces hemos hablado de calidad en el servicio desde el exterior. Es decir, pulimos a la gente en su fachada pero no en su interior. El reto para el día de hoy es presentarle una calidad de servicio desde el interior.
Al respecto, el apóstol Pablo menciona algunas características importantes de aquella persona que va a dar un servicio. Aunque Pablo se refiere al ámbito eclesiástico es ineludible pensar de qué estos mismos principios pueden ser aplicados a la vida diaria de una empresa. Sin embargo, el apóstol Pablo habla desde el interior de la persona, es decir, de su carácter . La primera faceta que él presenta como requisito es: ser irreprensible. Esto analizado en distintos diccionarios significa: sin culpa, sin falta, sin tacha, impecable, inocente e irreprochable. Es decir, que no tenga nada que se le pueda achacar en su comportamiento. El segundo requisito del apóstol Pablo menciona es: marido de una sola mujer. ¿Qué tiene que ver esto con la calidad del servicio? Considero que en mucho. Esto es debido a que una persona que está teniendo una relación extramarital, su atención estará presente en esa relación, con las emociones que eso representa, así como en su relación marital, la cual ya estará trastornada; y si todo esto lo trae al ámbito laboral es seguro que no podrá fungir adecuadamente en su labor.
El siguiente requisito mencionado es: ser sobrio. Esto también analizado en distintos diccionarios significa ser juicioso, es decir, tener la capacidad de emitir un juicio o tomar una decisión en forma adecuada; y también quiere decir tener dominio propio, significa el tener control sobre sus emociones sus palabras y sus pensamientos. Otro aspecto incluido es: ser prudente. En este caso se habla de templanza, cautela y moderación. El hombre prudente en sus palabras y en sus acciones obrará justamente sin complicar las situaciones de la vida. Ser decoroso. El decoro significa seguir las normas morales socialmente establecidas y las buenas costumbres. Por ejemplo, a una mujer que se viste muy provocativa generalmente se le llama mujer indecorosa. Y todo lo contrario una mujer bien vestida que no ande enseñando nada de su cuerpo se le llama una mujer vestida con decoro. También el apóstol Pablo menciona otro: Apto para enseñar. En este sentido, una persona que está al frente de un servicio o a la venta de un producto necesita tener la capacidad para poder enseñar a otros lo que sabe de su producto o de su servicio. Si tiene todos los elementos anteriores y los aplica en este sentido, el cliente se beneficiará ampliamente.
El siguiente aspecto de suma importancia, y el apóstol Pablo lo menciona es: no pendenciero. La persona pendenciera es la que está propensa a riñas o a los pleitos. Tener una persona pendenciera en el ámbito laboral va a producir un ámbito tóxico. Tanto así que el rey Salomón dice que si tú sacas al que provoca pleitos, te trae la paz. Y el último aspecto mencionado es: ser amable. Esto significa una expresión de tolerancia y buen trato. El Coach Emilio Lopez dice que todos llevamos un rótulo en el pecho que dice: “ a mi me gusta que me traten bien “. Y es la gran realidad. Nos encanta que nos traten bien.
A manera de conclusión es necesario mencionar que esta calidad de servicio sólo puede ser dada con la ayuda del Espíritu Santo que es el que puede hacer las transformaciones desde el interior.
Cardiólogo - Coach/Conferencista coachedwinibarra@gmail.com