Ser feliz es un arte y no una utopía. Numerosos autores han abordado el tema de la felicidad. Algunos de una forma optimista, otros considerándola una utopía, algo que no se puede alcanzar, pero estos últimos no conocen las claves de la felicidad.
En el año 2010 el famoso autor Anselm Grun publicó en la Editorial Sal Terrae el libro “El arte de ser feliz” y señala 10 cualidades que procuran la felicidad, si se viven. Estas cualidades son: Alegría, amor, armonía, atención, encuentro, gratitud, quietud, salud, satisfacción y serenidad.
En este artículo se dedicarán unas líneas a las 3 primeras actitudes, con el compromiso de desarrollar todas en los siguientes artículos.
Empecemos por la alegría, palabra que proviene del latín alacer, alacris, que se traduce como rápido, vivaz o animado. Es una emoción primaria del ser humano, sensación agradable. El resultado de estar alegre es experimentar una emoción positiva y sonreír.
Ahora enfoquemos nuestra atención en el amor. Según la RAE, es un sentimiento profundo y complejo que se experimenta hacia otra u otras personas. Implica una conexión emocional, física y espiritual que produce el efecto de sentirse feliz, pleno y realizado. Es una de las emociones más importantes para el ser humano, porque permite la vinculación con otras personas, también con los animales y algunos autores aseguran, que también con los objetos. El amor está presente en las relaciones familiares. Son cuatro los pasos del proceso de amar: Conocer, entender, aceptar y querer a la otra persona. Hay que tener cuidado con ese sentimiento, porque puede volverse patológico, si no tiene su justa expresión, datos extraídos de la página galene.es/emociones básicas.
Hay una importante cualidad que es indispensable para las buenas relaciones humanas, y se llama armonía, término que deriva del griego harmos, conjunto, o equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo y produce buenos resultados.
Este término se deriva del griego harmos, conjunto. Se utiliza para describir una combinación agradable y coherente de elementos de un todo. Pensemos en la armonía de la familia. La familia es ese todo, que proporciona un entorno de seguridad, confianza, bienestar, integración y buena comunicación.
La armonía se aplica en muchos ámbitos. Por ejemplo, en la música, se refiere a la combinación de notas musicales simultáneas en un acorde. En el lenguaje de hoy, permite describir una combinación agradable y coherente de elementos en un todo: un objeto, un paisaje, un ser vivo, la conducta de una persona y una comunidad. En el ámbito de la psicología, se refiere a un estado positivo de paz interior, calma y equilibrio, así como a la sensación de estar en sintonía con el mundo. En las ciencias sociales, se utiliza para describir las relaciones dentro de un grupo social y entre las personas y su contexto. La biblia hace referencia a la armonía, cuando invita que todos tengan un mismo sentir, un mismo espíritu, que tengan compasión, que sean fraternales, misericordiosos los unos con los otros. Es algo más que solo pasar el tiempo juntos.