El recién pasado 14 de enero, el presidente de la otra Guatemala –porque la nuestra, definitivamente no lo es-, presentó ante sus patrones, su segundo informe. También mencionó RENDICIÓN DE CUENTAS, pero, para los que hemos leído un poco, definitivamente no hizo una rendición de cuentas. Para sus patrones –la cúpula del CACIF, alto mando del Ejército- no les importa si este señor realiza rendición de cuentas, lo que a ellos les interesa es que sus cuentas en los bancos –cuentas en dólares y bancos extranjeros- reflejen un incremento en los respectivos saldos al 31 de diciembre 2021, lo demás, les importa un pepino.
Qué hazaña, histórico, desde hace 40 años no se había registrado un incremento en la economía del país, es decir, “alcanzamos” 7.5 por ciento en el producto interno bruto –PIB-. Puse entre comillas la palabra alcanzamos, porque, para usted y yo, -la gente de a pie-, no percibimos mucho menos gozamos ese porcentaje. La definición técnica del PIB –según los expertos- es un indicador económico que refleja el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un país, en un determinado período, generalmente, un año. En conclusión, se utiliza para medir la riqueza que genera un país.
Acá viene lo más importante y curioso de nuestro país, el país de la eterna corrupción. Adivinen, ¿quiénes aportan mano de obra para generar riqueza en las principales actividades agrícolas, es decir, ingenios azucareros, cafetaleras, cardamomos o en la industria textil principalmente las maquilas? No es acaso el ciudadano de a pie, el campesino, el que anda “pintado” a cuerpo entero por los efectos de la quema rosa –procedimiento previo a la zafra-, los efectos de ese humo asfixiante, lo sufre el campesino a muy corta edad, luego, necesitará ir a un hospital público –el salario que recibe, jamás le alcanzará para ir a una clínica privada-, y toda la odisea para conseguir un tratamiento, usted ya lo ha oído, leído o visto. A propósito de los salarios actuales, el campesino, obrero, el maquinista –hoy en día, nombran como “colaboradores”, otra palabra hipócrita para hacernos sentir parte de ellos- no podrá salir de la pobreza, simple y sencillamente porque, con ese salario, nunca va a satisfacer sus necesidades básicas. Pero, Giammattei vocifera que en 12 años terminará con la pobreza. Qué estupidez y mentira oficiosa.
Entonces, ¿quién recibió o percibió el 7.5 % de incremento económico que tanto cacaraquea Giammattei? Es importante que no olvidemos el número de familias millonarias que concentran la mayor cantidad de riqueza y capital en Guatemala, ellas son dueñas de grandes empresas, corporaciones, bancos, fábricas que dominan el mercado nacional. Quiero enfatizar en algo, no es pecado ser rico, el pecado es hacerse rico sin asumir responsabilidad, respeto, honestidad, ética, ese, es el problema de los ricos de Guatemala. Quiero traer a la memoria esa imagen inédita, irrepetible, de los ricos de Guatemala – Felipe Bosch, Guillermo Castillo, Ramiro Castillo, Herbert Gonzales, Stefano Olivero, Salvador Paiz, José Miguel Torrebiarte, Fraterno Vila-, pidiendo perdón al pueblo de Guatemala por haber participado en corrupción, les dejo el siguiente link https://www.prensalibre.com/guatemala/justicia/empresarios-se-pronuncian-por-caso-de-financiamiento-electoral-ilicito-a-fcnnacion/
La revista deguate.com publicó el 17 de enero de 2019, el nombre de las 22 familias más millonarias de Guatemala, entre las primeras se encuentran las familias Gutiérrez Bosch, Castillo, Herrera, Paiz, Novella; qué curioso verdad, son los mismos que pidieron perdón el 19 de abril de 2019, y todo eso, gracias a la CICIG. Así las cosas, el incremento económico ya sabemos para quienes fue.
Es una pena, pero, nosotros lo sabemos, lo reconocemos y lo valoramos, gracias a Thelma Aldana, Juan Francisco Sandoval y otros tantos, vimos la cara de la corrupción pidiéndonos perdón y eso no lo tolera el pacto de corruptos.
El exilio es parte de mí. Cuando vivo en el exilio llevo mi tierra conmigo. Cuando vivo en mi tierra, siento el exilio conmigo. La ocupación es el exilio. La ausencia de justicia es el exilio. Permanecer horas en un control militar es el exilio. Saber que el futuro no será mejor que el presente, es el exilio. El porvenir es siempre peor para nosotros. Ese es el exilio. Mahmud Darwish
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.