En Guatemala según la información oficial que ha brindado el Ministerio de Salud, se recibieron 5,000 dosis de vacunas contra el Covid-19 como donación de Israel, posteriormente se recibió otra donación de la India por 200,000 dosis, y, el 11 de marzo, se recibieron 81,600 dosis de vacunas por medio del mecanismo COVAX creado por la OMS para la distribución de vacunas, éstas últimas son compradas por el Estado de Guatemala.
El Ministerio de Salud presentó un plan de vacunación, cuando se hizo de conocimiento general, el presidente de la República dijo en declaraciones públicas que los ciudadanos tendrían acceso a los listados de personal vacunado, sin embargo, después se dijo que esos listados no serían públicos.
A la vez que llegaban las vacunas y se inició con el proceso de vacunación, también aumentaron en las redes sociales y otros medios de comunicación las quejas del personal médico, de intendencia y en primera línea de atención a pacientes con Covid-19, porque se está vacunando a personas que no están directamente relacionadas a la atención de pacientes, otras de las quejas era que no se incluyó a los residentes de la USAC pero si se incluyó a otros profesionales de universidades privadas; en conclusión éstas quejas dan a conocer que no se está respetando el plan de vacunación.
Ante éste escenario la Ministra de Salud en declaraciones públicas dijo que “no le darían a ninguna unidad ejecutora una dosis más de vacuna hasta demostrar que las que se les dio están reportadas y fueron utilizadas en las personas que fueron ingresadas en la plataforma de Sigsa”.
Lo anterior deja al descubierto la mala administración y control en la distribución de vacunas, si bien es cierto que se entrega un lote de vacunas a cada unidad ejecutora, también debe existir el control para darle seguimiento ya que las Normas de Control Interno Gubernamental establecen en la norma 2.4 “que los procedimientos de registro, autorización y custodia son aplicables a todos los niveles de organización, independientemente de que las operaciones sean financieras, administrativas u operativas, de tal forma que cada servidor público cuente con la definición de su campo de competencia y el soporte necesario para rendir cuenta de las responsabilidades inherentes a su cargo”, así como establecer normas claras para inclusión del personal en los listados.
Cuando llegaron las vacunas donadas por Israel, se hizo un gran alboroto por la pérdida de 10 dosis, incluso que se llegaría hasta las últimas consecuencias y penalizaciones, pero ahora se trata de proteger a las personas que discrecionalmente están distribuyendo las vacunas en las unidades ejecutoras.
La información de los vacunados debe ser pública porque es información de actividades realizadas con fondos públicos y donaciones al Estado, además queda de tarea para la Unidad de Auditoria Interna del Ministerio de Salud darle el seguimiento al proceso de vacunación; y para la Contraloría General de Cuentas la fiscalización de la calidad del gasto y deducir responsabilidades en todo nivel.