Desde hace varias décadas la educación pública en Guatemala enfrenta grandes problemas derivados del descuido y falta de atención por parte del Estado, esta situación se agravó con la pandemia del Covid-19, un factor determinante es que en las diferentes olimpiadas y competencias académicas los establecimientos públicos no figuran en los primeros lugares.
Inicialmente la infraestructura que tienen los establecimientos en su mayoría es obsoleta y no se le da mantenimiento, no cuentan con servicio regular de agua, jabón, papel toilette, los escritorios en mal estado, las pizarras y vidrios de las ventanas están rotas, lámparas en mal estado, entro otros; no se aprovechó el tiempo de pandemia para mejorar la infraestructura y ahora que se regresó a las clases presenciales las condiciones están iguales y en algunos casos peores.
Si hablamos de tecnología, no existe en esta materia un avance significativo que esté acorde a los avances mundiales de la educación primaria, media y superior, la tecnología debe ser un factor determinante que debe empezar a introducirse desde los primeros años de estudio, ya que a nivel mundial la utilización de tecnología dio un impulso que debe aprovecharse.
A nivel interno las instituciones públicas que se dedican a la educación enfrentan grandes retos dentro de su organización, como ejemplo puede citarse daño que han hecho los pactos colectivos liderados por líderes sindicales cuestionados e involucrados en casos de corrupción, esto genera división, clientelismo, y un daño severo para la parte mas importante del proceso de enseñanza aprendizaje que son los maestros.
Ante este contexto cabe la pregunta ¿Por qué reparar el edificio de un instituto público en donde se gastaron millones cuando la gran mayoría de edificios públicos está en mal estado y es insuficiente?, realmente lo que se percibe es que en el gobierno actual no existe una planificación o directriz de a donde se quiere llegar con la educación pública.
Todos los edificios e instalaciones de instituciones púbicas desde el nivel primario, medio y universitario son insuficientes y tienen de hacinamiento, falta de insumos para la docencia, libros entregados a destiempo, espacios insuficientes para recreación y práctica de deportes, entre otros problemas, entonces en vez de invertir millones para reparar un solo edificio se hubiese construido uno nuevo con lo que se hubiese ampliado la cobertura. Además de todo lo anterior, la brecha entre los establecimientos públicos del área urbana y el área rural es bastante grande.
Otro gran reto que tiene la educación publica es la redirección de los programas de refacción escolar que se han convertido en otro foco de corrupción en donde se coluden los padres de familia, maestros y proveedores, sin dar mayores resultados, por lo que es importante realizar una evaluación de su funcionamiento y mejorar éstas condiciones; actualmente en las áreas rurales y algunos establecimientos del área urbana la refacción que se da a los niños es muy por debajo de los requerimientos nutricionales necesarios.