Recuperamos 122 millones, pero, volvimos a perder 135 millones
¡Qué nos pasa! Apenas unos días, gritábamos y le dábamos vivas a la FECI por su gran trabajo investigativo y dar con la inimaginable cantidad de más de 122 millones de quetzales, contantes y sonantes, hoy, los ladrones y criminales de siempre pero con diferente montera nos salen con el cuento que, falsificaron sus firmas y que no saben del paradero de 135 millones de quetzales; qué chulada de trabajadores –ministros, directores, etc.- tiene nuestro empleado mayor –Giammattei-, y a todo esto el patrón –pueblo-, el que se faja todos los días de sol a sol para llevar el sustento diario –pago de impuestos- solo se lamenta virtualmente y al final del día no pasa nada.
Los Estados Unidos se quieren congraciar con nosotros y nominan a Felipe Alejos y Delia Bac como corruptos, sí pero no, es decir, pudo más el pacto de corruptos al convencer al Tío Sam para que sacará a la CICIG y así ellos –pacto de corruptos- robar a sus anchas, Jimmy Morales quiso robarnos 122 millones, los recuperamos, pero Giammattei nos está robando 135 millones. El vicepresidente dijo la semana pasada que, desea que se invierte ese decomiso para hacerle frente a la desnutrición, pero, señor vicepresidente, le recuerdo que por medio del Dto. 1-2019 se autorizó un préstamo por 100 millones de dólares para el programa CRECER SANO –desnutrición- y que en este año -2020- ustedes ya debieron haber iniciado a ejecutarlos, o, acaso también está perdido ese dinero.
Acá hay algo que no cuadra en nuestra personalidad como ciudadanos, no puede ser que seamos tan conformistas, tan masoquistas ante semejante aberración que cometen casi a diario las personas que están administrando nuestro dinero –impuestos- no hay administración gubernamental que se salve a lo largo de tantos y tantos años que hemos tenido o mejor dicho que nos han impuesto. Debo recordarles que, Giammattei está como presidente, porque es producto de un fraude cocinado en el mismísimo Tribunal Supremo Electoral. ¿Sí se recuerdan verdad?
Si somos capaces de desafiar a la COVID 19 saliendo por montón para ver pasar a la caravana ciclista –dicho sea de paso, no está ayudando mucho a los corruptos para entretener a la población- pregunto, por qué no demostramos esa misma capacidad y amor propio y desafiar a la peor pandemia que nos ha enfermado y matado a miles y miles de personas a lo largo de los años que han “gobernado” a nuestra linda Guatemala. Gracias a la CICIG y ahora a la FECI, hemos identificado a los criminales y ladrones, entonces, qué más nos tienen que robar para reflexionar y tomar partido para lograr tener una patria digna. No hablo de sueños irrealizables, ni hablo de utopías, no. Hablo de posibilidades reales, hablo de dar el paso al frente. O, acaso el ser superior o el Ajaw formó a los hermanos chilenos y bolivianos –solo por mencionar dos casos reales y concretos- con una masa diferente y exclusiva al de nosotros, no, por supuesto que no; chilenos, bolivianos, cubanos, peruanos, mexicanos y guatemaltecos, estamos hechos con la misma masa o barro, entonces, usemos el mismo molde que ellos han usado para dejar ese legado precioso a nuestras futuras generaciones, es decir, RESPETO, HONESTIDAD y RESPONSABILIDAD.
Los chilenos exteriorizaron su inconformidad y hoy, tienen la oportunidad de consolidar un sueño de décadas, es decir, redactar una Constitución por ellos mismos, de acuerdo a sus necesidades y posibilidades de desarrollo humano, la que tienen hoy en día es producto de un pacto liderado por el dictador Augusto Pinochet en 1973.
Los bolivianos, volverán a administrar su país, después que el enemigo trató de destruir lo que ellos –Evo Morales y la mayoría del pueblo indígena- construyeron a partir de enero 2006, reducir la pobreza de 60% al 37%, elevaron el PIB de 9.500 millones de dólares a 40.000 millones de dólares, solo por citar dos elementos claves para tener una calidad de vida más humana.
Estimado lector, estaremos dispuestos a usar un molde diferente al que hemos usado durante décadas o nos conformaremos a contemplar el paso de los vencedores.
