Considero importante aclarar una duda significativa en la vida económica y social de este país. ¿Quién es el que paga los impuestos? Guatemala depende en más de un 90% de la recaudación tributaria, a pesar de ello no existe una política fiscal coherente con esta necesidad.
La Constitución Politica de la República de Guatemala establece que todos los ciudadanos guatemaltecos estamos obligados al sostenimiento del Estado, eso sí, muy claro precisa, esta contribución debe ser de acuerdo con las posibilidades económicas de cada uno. Debe ser, estableció la Corte de Constitucionalidad, un monto igual, de tal forma que el sacrificio que se hace para pagar el impuesto sea igual para todos.
No es lo mismo el sacrificio que realiza un Banco al pagar los impuestos, que la propietaria de un salón de belleza. Los socios del Banco afirmarán a este supuesto, que la institución paga millones, situación que pongo en duda, la dueña del salón, como pequeño contribuyente paga algunos quetzales. En este caso el sacrificio establecido por la carta magna debe interpretarse, por el hecho que el pequeño dejará de alimentarse uno o dos días para pagar impuestos, en tanto el banco el sacrificio sera no proveer mejores tasas de interes a sus socios preferentes.
El sistema tributario guatemalteco esta basado en un modelo regresivo, hecho qué, queda claramente manifiesto, al separar lo recaudado por impuestos indirectos y los directos. En concepto de Impuestos Indirectos (cuya carga recae en el consumidor final) se recauda un 60.04%, según datos al 30 de septiembre. Pero no solo la recuadación es regresiva, también el gasto. El Estado invierte lo recaudado en satisfacer las necesidades de la población de mayores ingresos. No es casualidad que en la capital se invierta un alto porcentaje del presupuesto de la nación, como tampoco lo es, observar la inversión en infraestructura gubernamental en aquellos sectores en donde hay grades plantaciones o cultivos, como la caña de azucar, la palma africana, mineras o hidroelectricas.
Por otra parte, existe un gasto social, representado por las exenciones tributarias que el Estado otorga a las grandes empresas, según el medio digital Nomada, son 47 empresas millonarias que no pagan Impuestos, y además reciben, muchas de ellas, contratos millonarios, siendo estas: Cemex, Monsanto, Bimbo, MALHER, Alimentos Gourmet, Chocolates Best, Grupo PAF (Pesca y Areca, de Pío Lindo), Alimentos Maravilla, Kellogg, Jade Industria, Rones de Guatemala, Zacapa Centenario, Colgate Palmolive, Procter & Gamble, Maderas El Alto, Fogel, Guatemármol, Minas de Guatemala, Montana Exploradora, Minera San Rafael, Henkel, Guateplast, Tubac, SoluciónWeb y las palmeras Tikindustrias, Palmas del Horizonte, Palnorsa y Palmas del Ixcán. Dentro de las 47, hay 19 que reciben además fondos públicos porque le venden al Estado. Según Guatecompras, son las empresas de fertilizantes Disagro y Tigsa, Productos del Aire, Llantas Vitatrac, Foremost, Unipharm, Qualipharm, Quality Group, Aldo Nero, Alimentos Ideal, Cloro de Centroamérica, Global Farma, Nestlé, Vifrío, Sanofi-Aventis, Kern’s, Pani-Fresh y Samboro.
El monto que la Superintendencia de Administración Tributaria deja de percibir producto de las exenciones asciende a cera de los Q20 mil millones de quetzales, lo que representa un 33% de lo que hoy se recauda.
A esto hay que sumar el monto que se elude en concepto de pago de impuestos. Según investigaciones existen ingenios azucareros que trasladan las ganacias paraisos fiscales por medio de sociedades fuera de plaza. Las fundaciones no se quedan atrás, esta es otra forma de disminuir el pago de impuesto. Si pudieron notar al inicio de la pandemia se publicito el apoyo de grandes empresas al gobierno, pero eso se disminuyo de el pago de los impuestos. Seria honesto donar si la empresa no lo resta del impuesto a pagar, de lo contrario, este acto se convierte en una burla para la población.
Por lo anterior, no debe sorprendernos, pero eso si enojarnos, las propuestas que se discuten para incrementar los ingresos tributarios: a) Aumento del IVA; b) Aumento al impuesto a los combustibles; c) Aumento al impuesto al cemento; d) Impuesto al comercio electrónico. No existe una estrategía para disminuir los casi Q24 mil millones de quetzales en evasión fiscal y contrabando aduanero, esto porque afecta a los que estan exentos y sus transacciones comerciales, o sea a las grandes empresas, la élite económica del país.
Así que ya lo sabe, usted amigo trabajador, paga impuestos por su salario, si este es medianamente bueno, paga ISR, en sus tres formas, e IVA por lo que consume, hasta por lo que ahorra en el banco. A usted que lo califican de la economía informal, también contribuye con el IVA, el IDP, el impuesto a las bebidas, a los cigarros, entre otros. Las que se dicen ser grandes empresas, unicamente lo perciben y se dan el lujo de decir que ellos lo tributan a las arcas del Estado, y el gobierno con sus instituciones les agradecen, cuando en realidad el que verdaderamente paga es el pueblo de menor capacidad económica.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.