Jiménez, R. en el libro: Sociología de la Educación (2011: pp. 103-111) define las universidades como “instituciones de educación superior, centros con cierta complejidad organizativa, que comprenden diversas facultades o colegios de artes, ciencias y escuelas profesionales que tiene autoridad para conferir títulos en varios campos del saber”.
La autora antes citada menciona algunas de las causas del surgimiento de las universidades: El aumento de los estudios liberales, la tendencia al cooperativismo gremial, la pujanza de los estudios eclesiásticos, teológicos y filosóficos, la sed de cultura de nobles y comerciantes, la desacralización del saber.
En cuanto a su organización, los estudios universitarios pueden ser de dos tipos: descentralizados (modelo inglés, alemán y estadounidense) y sistematizados (modelo francés y soviético). Los primeros enseñan diversidad de temas y realizan investigaciones, comparten con escuelas técnicas; pero la investigación especializada queda al margen.
El documento de Aparecida (2007, No. 341) refiere que las universidades deben poner “los nuevos descubrimientos humanos al servicio de las personas y de la sociedad. Ofrecen una formación dada en un contexto de fe, que prepare personas capaces de un juicio racional y crítico, conscientes de la dignidad trascendental de la persona humana. Esto implica una formación profesional que comprenda los valores éticos y la dimensión de servicio a las personas y a la sociedad”.
Aldana, C., en el libro Docencia universitaria afectiva y efectiva (2012: pp. 11-12) dice que una universidad centrada en el estudiante implica una profunda transformación de visiones, estructuras, procesos, recursos y acciones en la vida de la institución. Continúa afirmando que la universidad es el espacio privilegiado de hombres y mujeres que alcanzan el nivel de la educación superior y que acuden a ella para aprender, con la ayuda de sus docentes.
En Guatemala hay 15 universidades, una pública y 14 privadas. Cada una tiene su propia filosofía académica; sin embargo, el objetivo principal es el mismo: educar de manera integral a los estudiantes para sacar del subdesarrollo al país. Deben formar según los intereses de los educandos, y no según los intereses políticos de quienes las dirigen.
De parte de los docentes, la Universidad no es un espacio para hacer catarsis de los problemas que se tienen, para imponer sus propias ideologías, para ir a dictar o para hacer ganar a estudiantes haraganes.
De parte de los estudiantes, la universidad no es un espacio para ir a sacar chivos, responder un examen con el teléfono sobre las piernas, para ir a dejar los trabajos que se mandan a hacer a otro lado y que se entregan como propios, no es un lugar para chismear y juzgar a los compañeros y maestros.
Es lamentable lo que en los últimos días se ha visto en la Universidad de San Carlos: en la ciudad de Guatemala, una balacera; en la ciudad de Quetzaltenango, sexo en pleno día y sin el más mínimo respeto a las demás personas. ¿Qué está pasando en esta casa de estudios de educación superior? ¿Quién manda? Parece que los estudiantes no respetan a nadie. ¿Se seguirá diciendo que este tipo de jóvenes no son estudiantes de la universidad?
La universidad debe ser un espacio en el que se cultiven conocimientos y valores éticos; y no un espacio para cultivar antivalores y corruptos. Los jóvenes deben ir a la universidad a cultivar la verdad, la bondad, el diálogo y la paz.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.