La salud ocupacional es el desarrollo de procesos dentro de las organizaciones para garantizar el bienestar físico y mental de los trabajadores. En otras palabras, las empresas deben evaluar todas aquellas actividades, áreas, procesos o tareas que puedan generar enfermedades o accidentes que perjudiquen física o mentalmente a sus colaboradores. Posteriormente, será necesario diseñar reglamentos, sistemas y procesos adecuados para evitar estas condiciones que se pueden generar en cada uno de los puestos de trabajo.
La salud ocupacional comprende diferentes aspectos. La medicina en el trabajo se especializa en enfermedades o accidentes que puedan concebirse por alguna mala práctica dentro del puesto de trabajo, por ejemplo, una cortadura o una fractura en alguna extremidad.
La higiene industrial se encarga de identificar todos aquellos factores presentes en el ambiente de trabajo que puedan dañar a los colaboradores y, por consiguiente, perjudicarlos al estar en exposición constante a estos factores ambientales; por ejemplo, el contacto constante con químicos o con polvo, que pueden generar lesiones a largo plazo en los ojos y pulmones.
La salud ocupacional también abarca la ergonomía en el trabajo, la cual se orienta al diseño adecuado de las áreas y herramientas de trabajo, así como a las posiciones correctas de acuerdo con la anatomía del ser humano durante las horas de trabajo, para evitar lesiones; por ejemplo, sillas adecuadas para las personas que trabajan muchas horas sentadas.
También está la psicología organizacional, que se preocupa por la gestión de los colaboradores y su salud mental dentro del trabajo, promoviendo el bienestar de los colaboradores y cumpliendo con las garantías para la satisfacción de cada uno de ellos.
Dentro de los beneficios de la salud ocupacional se encuentra la generación de satisfacción en las personas que trabajan dentro de una organización, lo cual promueve un ambiente de trabajo sano.