Con frecuencia solemos escuchar que la niñez es el presente y el futuro de la sociedad, y, por lo mismo, se arriesga el presente y el futuro del país, si no se superan los principales problemas que enfrenta».
Pero ¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta la niñez guatemalteca? Uno de los principales problemas es la desnutrición infantil, al respecto, las estadísticas oficiales, tanto nacionales como internacionales, coinciden al señalar que la niñez guatemalteca presenta el 52 % de desnutrición crónica, y de este 52 %, el 22 % padece de desnutrición aguda. La desnutrición, sus efectos, casi son irreversibles en el desarrollo del niño. Sus efectos se manifiestan en el desarrollo físico, regularmente, es lo que se observa, pero en realidad también repercute en el desarrollo mental, porque prácticamente afecta el desarrollo normal del cerebro. También afecta el desarrollo emocional, porque el niño se siente desmotivado y no desarrolla sanamente su autoestima, su autoconcepto, su autoimagen, entre otros aspectos de su desarrollo integral. Asimismo, presenta limitaciones en su interacción social, por lo mismo, su aprendizaje es limitado, porque el ser humano, en esencia, es un ser social.
Otro de los grandes problemas que enfrenta la niñez de nuestro país es la baja calidad educativa que recibe. Pero, ¿Cuáles son los principios de una educación de calidad? o ¿Qué es educación de calidad? Para responder a estas interrogantes debemos remitirnos al artículo 1, inciso g), de la Ley de Educación Nacional, Decreto 12-91, que señala: “Principios. La educación en Guatemala se fundamenta en los siguientes principios. Es un proceso científico, humanístico, crítico, dinámico, participativo y transformador». Estos principios de la educación de calidad se complementan con los principios que se señalan en el artículo 66, de la Ley, en referencia: “Calidad de la Educación. La calidad de la educación radica en que la misma es científica, crítica, participativa, democrática y dinámica”. Si agregáramos algunos principios más, serían: intercultural y contextualizada.
Si practicáramos en el aula estos principios, en realidad, desarrollaríamos una educación de calidad. Analicemos someramente. Científica, implica transmitir y generar nuevos conocimientos. No basta la experiencia, es importante el aporte de la ciencia a través de la investigación científica u otros métodos. Por esta razón, los profesores debemos dominar los diferentes métodos de investigación. Humanístico, este principio se relaciona con uno de los pilares de la educación que plantea la Unesco, que es el Aprender a ser. Ser más humano, ser más responsable, ser un mejor padre, ser un mejor ciudadano, ser un buen profesional, etc. Crítico, en el proceso de enseñanza aprendizaje, en todos los niveles y modalidades, se debe aplicar este principio. Quizá la pregunta rectora debería ser ¿Por qué estamos como estamos? La práctica de este principio desarrolla la capacidad crítica del estudiante. También, al aplicar este principio propiciamos una educación contextualizada y realista. Continuará…