Como he mencionado en otras columnas de opinión, en el kilómetro 184 de la carretera interamericana, más conocido como Cuatro Caminos en San Cristóbal Totonicapán, Totonicapán, en los últimos 25 años el tráfico de vehículos pesados, livianos, motocicletas, tuc tuc y bicicletas se ha incrementado enormemente; en una oportunidad, pude contar el paso de 55 vehículos por minuto, es que no es para menos, allí pasan vehículos que van a 7 departamentos: Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango, Totonicapán, Quiché, Sololá y Guatemala –capital-, es decir, casi el 33% del territorio del país.
Del lugar conocido como Alaska hasta ahí –cuatro caminos-, hay 12 kilómetros, el 99 % de ese recorrido es pendiente y además sinuosa, lo que hace peligroso el manejo de los vehículos, especialmente los de doble eje y buses extraurbanos. De los accidentes de vehículos pesados que llegaron a provocar grandes desastres y pérdidas materiales y sobre todo humanos, aún están presentes en nuestras retinas la del 22 de agosto 2015, en otros.
La obra tiene un costo de más de 70 millones de quetzales y se prevé su inauguración en julio próximo, es el primer paso a desnivel en la carretera interamericana del occidente del país.
Desde el día de la colocación de la primera piedra, el presidente Giammattei lo bautizó con el nombre de paso a desnivel Bicentenario, esto para conmemorar los 200 años de independencia; no, no quiero ni pretendo ser aguafiestas, pero debemos poner mucha atención a este acontecimiento que está próximo –el bicentenario-.
Hemos visto, oído y sobre todo vivido –digo, los ciudadanos de a pie-, que tal independencia solo beneficio a unos cuántos y los nietos y bisnietos de éstos son los que manipulan la fabricación de leyes, quitan y ponen presidentes e incluso ponen y quitan jueces y a algunos magistrados de las más altas cortes de nuestro país. Permíteme contarles lo siguiente: La empresa Organización García Granados, cuyo dueño era Raúl García-Granados Quiñonez, también era representante del Consejo Nacional del Algodón –adscrita a la Cámara del Agro-, fue asesor económico de Lucas García y suegro de Álvaro Arzú Irigoyen, hace 31 años esta familia contrajo una deuda de 15 millones de dólares con el aval del gobierno de turno, nunca pagaron la deuda y hoy se deben pagar 117 millones de quetzales, pero como tiene aval del gobierno, en el presupuesto para el año 2020 quisieron incluir ese pago -117 millones- para cancelar la deuda, afortunadamente el presupuesto de ese año no se aprobó, sin embargo, habría que ver, si en el presupuesto del año 2021 logran incluir ese desembolso.
Sin duda, los abuelos y bisabuelos de la familia García-Granados también firmaron el acta de la independencia de la patria –del criollo-, cosas corruptas como esa hay innumerables a lo largo de los 200 años de esa independencia, entonces, permitiremos que una vez más perpetúen sus hazañas corruptas poniendo nombres a obras que al final de cuentas, serán pagadas con nuestros impuestos.
El paso a desnivel está en territorio de Totonicapán, y si hablamos de gestas y/o acontecimientos que marcaron la vida de miles de personas comunitarias y no comunitarias que ofrendaron su vida soñando para sus hijos una verdadera patria digna y soberana, la historia registra los 200 años del levantamiento del pueblo de Totonicapán, en contra del pago de tributos a la corona española, así las cosas, quién nos impide identificar ese paso a desnivel con el nombre de ATANASIO TZUL. Es más, ese lindo lugar nos ha cobijado y ha sido testigo de innumerables jornadas de protestas en contra de la clase corrupta de este país. Señores de las cinco juntas directivas de 48 Cantones 2020 y 2021, ustedes tienen el privilegio y el honor de decidir y sobre todo develar la placa donde se lea: PASO A DESNIVEL ATANASIO TZUL.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.