El Decreto 101-97 del Congreso de la República de Guatemala, Ley Orgánica del Presupuesto, establece en el artículo 23 que el Organismo Ejecutivo presentará el Proyecto de presupuesto general de ingresos y egresos del Estado al Congreso de la República a más tardar el dos de septiembre del año anterior al que entrará en vigencia.
Dicho cuerpo normativo establece también en el artículo 8, que los presupuestos públicos son la expresión anual de los planes del Estado, elaborados en el marco de la estrategia de desarrollo económico y social, en aquellos aspectos que exigen por parte del sector público, captar y asignar los recursos conducentes para su normal funcionamiento y para el cumplimiento de los programas y proyectos de inversión, a fin de alcanzar las metas y objetivos sectoriales, regionales e institucionales.
El Organismo Ejecutivo, por medio del Ministerio de Finanzas Públicas, consolidará los presupuestos institucionales y elaborará el presupuesto anual y multianual que deberán estar en concordancia con los indicadores de desempeño, impacto, calidad del gasto y los planes operativos anuales entregados por las instituciones públicas a la Segeplan y Programación de la Presidencia. A su vez, dichas instituciones enviarán a la Junta Directiva del Congreso de la República durante el primer trimestre de cada año, un informe de evaluación y análisis sobre la ejecución y resultados del presupuesto del ejercicio fiscal anterior.
En cumplimiento a ello, el 2 de septiembre, el Ministerio de Finanzas Públicas hizo entrega del presupuesto de ingresos y egresos del Estado para el 2022 al Congreso de la República de Guatemala por un monto de Q103.9 millardos, lo que significa un aumento de Q10.030 millardos de quetzales, al presupuesto vigente en 2021 que es de Q93.869 millardos.
Un aspecto que llama la atención en el proyecto de presupuesto presentado por el MINFIN, es que los ingresos del presupuesto serán obtenidos con ingresos tributarios y para complementarlo se contemplan varios millardos en deuda y préstamos.
Las finanzas públicas de Guatemala están en bancarrota con los préstamos que se vienen arrastrando desde hace más de tres décadas sin que exista un plan de pago y mucho menos un plan de contención del gasto público. Es imposible que se siga pensando en aumentar los gastos del presupuesto sabiendo que la recaudación es insuficiente.
El presupuesto que está presentando el MINFIN es de ensueño, el ideal, el de un país solvente de primer mundo cuyas finanzas tienen superávit, pero, acá, en Guatemala hay que ser realistas y no podemos seguir financiando presupuestos públicos onerosos sin un rumbo ni metas concretas, ya que financieramente la deuda lleva a la quiebra las finanzas, personales, empresariales o nacionales. La misma Ley Orgánica del Presupuesto indica que los préstamos deben ser adquiridos para inversiones productivas, de beneficio social y de infraestructura o casos de evidente necesidad nacional, es decir que se debe adquirir deuda solo si de verdad es necesaria, no como se realiza en Guatemala que por costumbre el presupuesto se financia con préstamos.