Aquí en nuestra Guatemala hace calor hasta asarnos y si llueve es hasta inundarnos. Aquí es todo o nada y vivimos esperando que reaccione el otro como para hacer algo al respecto. Es obvio que estamos luchando contra dos pandemias: Coronavirus y la corrupción. Es doloroso, triste, pero las cifras que conocemos hoy de infectados por Covid-19 no son reales ni honestas y nunca las fueron. Los constantes slogans de los burócratas es aún seguir con las mentiras, con 18 millones de habitantes, ya nada es igual. Ahora insisten en llamarle exilio a la evasión de justicia, a la fuga del país. ¡Que de ahuevo! Existe un país ya cooptado, no soy tan corto de memoria, pero recordemos al narcotraficante Mario Estrada ex presidenciable del partido (UCN), sirviendo sentencia en Estados Unidos, fueron grandes amigos del ahora victimizándose y disfrazado como periodista Juan Luis Font, otro cobarde que se pela, tratando de aparentar ser un perseguido político. ¿El delito de lavado de dinero cometido por este lo hace exiliado o prófugo?
Se roban millones y el pueblo sin dinero, ignorante ante la situación buscando soluciones, y los parásitos del Congreso, buscando congraciarse, con sus iguales, con robarse más dinero del pueblo ¡No hombre! Que no pasa y aun así nos pela aceptamos la corrupción, la indiferencia y en fin seguiremos mal. Necesitamos urgentemente soluciones como se hizo en Italia en recortar el gasto burocrático y eliminar a tanto inútil diputado y hasta recortar ministerios. Eso nos ahorraría probablemente más de US$100 millones al año. En mi trabajo me redujeron el sueldo, personas sin escrúpulos y en redes sociales me andan amenazando “que me quieren matar” y uno bien jodido, pero sobreviviendo con los huevos bien puestos.
Con un Estado gigantesco inútil, en un país que no tomamos ni en serio la pandemia, que por cierto para muchos ya desapareció. Las autoridades no son confiables y no les creemos a ninguno. Y esto también va para los peregrinos que creen que ir a bendecir casas en estos momentos es lo correcto. La situación está difícil, este mal no discrimina a nadie y la gente se está muriendo, existe mucha indiferencia y estas muertas están siendo olvidadas rápidamente. Ya nos toca actuar, pensar que la situación podría ser peor, no jodan. Con tanto desmadre, ya deberíamos considerar una Semana Santa de dos semanas, porque con una no alcanza. Lo cierto es que es la época de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, es tiempo de reflexionar y dejar claro que solo una vida tenemos, muchos no comen porque engordan, no lo intentan porque fracasan, no aman porque duele y no viven porque se morirán. Por todo lo tuve, por todo lo que tengo y por todo lo que tendré, siempre hay que dar gracias…