El 25 de febrero se suministró la primera vacuna contra COVID 19 en nuestro país, gracias a las cinco mil dosis donadas por el gobierno de Israel, a partir de esa fecha el gobierno de Giammattei dio inicio a su plan de vacunación, sin embargo, al día de hoy –más de tres meses- ese plan no funciona, es un caos, por lo tanto, debe ser cambiado inmediatamente.
Vivimos en un país donde hay estereotipos muy marcados, donde pesa mucho la costumbre, la cultura, la religión y donde los medios de comunicación están jugando un papel importante, ya sea afirmativa o negativamente. Hay un grueso número de la población, mayor de 70 años, que vive en el área rural y urbana que se resiste a ponerse la vacuna contra COVID 19.
He escuchado expresiones como las siguientes: Ya tengo 80 años y para qué me vacuno, total ya solo me quedan algunos años por vivir; dicen que la vacuna, me matará dentro de dos años; la vacuna solo me dará diez años de vida; dicen que la vacuna provoca mucha fiebre, prefiero morir de otra cosa, menos por la vacuna; la vacuna tiene un chip y me controlarán; la vacuna trae el sello de la bestia -666-; que se vacunen otros, así cuando ya todos estén vacunados, ya no me contagiarán; hablando con un grupo de amigos decidimos no vacunarnos porque dudamos de su eficacia; las vacunas son excusa para que el gobierno sigue robando; las vacunas son del diablo; las vacunas son parte del nuevo orden mundial; dice el pastor que no nos debemos vacunar, mejor irnos a los Estados Unidos porque allá están las mejores vacunas. Incluso, hay hogares donde el hijo, la hija, la nuera, el yerno, los nietos toman la decisión de no vacunar al abuelito o abuelita.
Lo que sí es cierto, es que al gobierno de turno le favorece que la gente sea supersticiosa, indecisa y sobre todo mal informada y que no se vacune, porque así obviamente no se necesitarán millones de vacunas, sino únicamente miles, otra cosa importante es que, se limpiará las manos y nosotros no podremos reclamar el dinero perdido –Q 614.5 millones- que le pagaron a un intermediario del gobierno ruso porque, para qué necesitar millones de dosis de vacunas si la gente no se quiere vacunar, lo dijo él –Giammattei- “el porcentaje de las personas de 70 años para arriba que se vacunaron es demasiado bajo, y no porque no haya vacunas, sino porque simple y sencillamente han tomado la opción de no querer”, qué astuto el presidente, diciendo una verdad, para su beneficio económico.
Lo cínico y patán le sale por los poros al exclamar lo siguiente: “qué le toca al presidente, agarrar de la cola al mundo y llevarlo a vacunar, ese no es mi chance …” en alusión a la gente que no ha querido vacunarse. Le está saliendo bien la jugada –por el momento-, porque los abuelitos no han querido vacunarse, estoy seguro que la situación se le va a revertir cuando le toca a la población joven. Según el último censo, la población de 70 años y más únicamente representa el 3.60% mientras que la población de 18 a 69 años es el 63% del total, entonces y solo entonces se dará cuenta que sus vacunas no van a alcanzar, porque la gente joven y económicamente activa necesita salir a la calle a ganarse el pan de cada día con la seguridad de no contagiarse ni contagiar.
Señor Presidente, abra la plataforma o el sistema de vacunación para que los jóvenes –más de 9 millones 400 mil- de 18 años en adelante puedan vacunarse, por favor no espere que sigan muriendo más gente por la irresponsabilidad de su administración. Porque, ¡para burro no se estudia!
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.