Durante la era democrática de nuestro país, -a partir del año 1985, hasta la fecha-, hemos visto el vaivén de la incipiente democracia. Obviamente, ha sobrevivido, gracias a la participación de grandes hombres y mujeres.
En definitiva, la construcción de la incipiente democracia, no ha sido nada fácil, si ha sobrevivido, es gracias al trabajo de grandes hombres y mujeres. Pero ¿Por qué no ha sido nada fácil? Porque el Estado guatemalteco ha sido y sigue secuestrado, por décadas y siglos, por grupos con poder económico, político, cultural y tecnológico. Estos poderes oligárquicos han sumergido a un alto porcentaje de la población en la pobreza, ignorancia, desesperación, desnutrición, entre otros flagelos; pero, imponiendo que cumplan sus obligaciones, por ejemplo, el pago de impuestos directos. Estos poderes oligárquicos han cooptado el Estado, desde las instituciones públicas, semiautónomas y privadas. Esta cooptación del Estado, se observa con meridiana claridad en el Congreso de la República, y, en el organismo Ejecutivo, entre otras instituciones.
Entonces, para rescatar el Estado cooptado y fallido, es imprescindible la participación de todos los sectores de la sociedad, entre los que se mencionan: Los jóvenes, mujeres, académicos, grupos étnicos, campesinos, etc. En este sentido, exhorto a los jóvenes a creer en el país, pero, deben participar en todas las áreas del desarrollo. Los jóvenes deben brindar su máximo esfuerzo en el desarrollo de nuestro país y no pensar en emigrar a otro país. Pero, las autoridades de las instituciones públicas y privadas deben creer en las capacidades y aportes de la juventud, especialmente, las organizaciones políticas deben abrir espacios reales a este sector, que es el presente y futuro del país.
Otro sector, que aún está marginado, especialmente, en el sector indígena, es la mujer. La mujer, indiscutiblemente, es la que modera el proceder del hombre en el hogar y en la sociedad. Es quien administra mejor los recursos financieros en el hogar. Además, es la primera maestra del ser humano. Ella enseña con ternura el aprendizaje del idioma materno; transmite los valores culturales, sociales, económicos; es el centro de la toma de decisiones en el hogar. Sin embargo, este rol no ha trascendido a otros niveles de toma de decisiones de la sociedad guatemalteca. Es el momento de otorgarles espacios reales de participación política, económica, social, científica y tecnológica. En el campo político las mujeres ha demostrado capacidades extraordinarias, en este sentido, se mencionan algunos ejemplos a nivel internacional, así: Michelle Bachelet, expresidenta de Chile; Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina; Ángela Mekel, Canciller Federal de Alemania. Todas, han demostrado capacidades extraordinarias en la conducción de sus respectivos países.
Por lo anterior, los guatemaltecos debemos creer en las capacidades extraordinarias de las mujeres. Si han demostrado grandes capacidades en la conducción de los hogares guatemaltecos, también, lo harán con excelencia en la cosa pública, entonces, es cuestión que se les brinde oportunidades. ¿Y, usted qué opina?