La mente enferma el cuerpo con ilusiones, que parecen alucinaciones.
Si usted tiene ansiedad constante: sensaciones en el pecho, ahogos, nauseas, dificultad para dormir, palpitaciones… es porque su mente ha estado atenta por muchas horas diarias al objeto de su miedo.
Es como que usted estuviera sobre un árbol y abajo hay un león que se lo quiere comer. Ahí sí se justificaría que su respiración esté acelerada, su corazón bombeando fuerte, con las pupilas de sus ojos bien abiertas, los oídos más atentos, con glucosa en la sangre para tener más fuerza. Estaría, razonablemente, preparado para la huida o el ataque.
La ansiedad da todas esas sensaciones, pero sin la presencia del león. Su mente está constantemente poniendo atención a cosas, personas o eventos, que cree que le llevarán a la muerte. Cómo que le va a comer el león.
Quizás teme perder su empleo, su pareja, o dinero. Y ve esto muy amenazante. Sin embargo piense ¿desde cuando tiene usted este temor? Y se dará cuenta que han pasado meses o años en que no ha pasado lo que teme. O que si pasó, logró superarlo.
Si hoy usted quiere bajar esos síntomas de la ansiedad, eduque su atención. Haga que su mente se enfoque en lo pertinente, y por lo tanto descansará de estar atenta al león imaginario.
Atienda al aquí y al ahora, que le garantizo que en un 99% es tranquilo. La realidad resulta ser más benevolente, que la realidad mental. Su mente es muy buena para resolver problemas, sin embargo está preparada para que usted sobreviva. Domine su mente, y no que su mente le domine a usted.
Una buena forma de enfocar su mente en el presente es dirigir su atención a su respiración. Si se distrae cien veces, entonces cien veces regresarla a su respiración. Haga tres ejercicios diarios de 15 minutos cada sesión, donde usted se siente cómodamente en un sillón, cierra los ojos y se concentra en su respiración. Ya verá que resultados tan grandes y buenos obtendrá y en poco tiempo.
Otra buena forma es ponerse una señal en la mano que le recuerde que debe atender a lo que logran percibir sus sentidos: vista, tacto, gusto, olfato, oído. Regrese su atención a sus cinco sentidos. Sea testigo de lo que está pasando en ese preciso momento, sin intentar intervenir, razonar o cambiar algo. Si hace este regrezón constante, se sentirá pronto mucho mejor.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “La vida solo puede ser vivida en el aquí y en el ahora, si perdemos ese momento perdemos la vida”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo